En asambleas regionales, los trabajadores de Ecopetrol afiliados a la USO han aprobado realizar la huelga general. La decisión fue tomada contra las medidas del gobierno de Pastrana que le dan vía a la privatización de la empresa y contra los proyectos de ley de la denominada flexibilización laboral. Esta declaratoria está enfilada contra dos anuncios de claro contenido imperialista. El uno, que favorece a las multinacionales del petróleo, y el otro que da cumplimiento a las exigencias del Fondo Monetario Internacional, tendientes a abaratar la mano de obra.
El proyecto de ley 219 o de reordenamiento del gasto público, les arrebata a los trabajadores del Estado la retroactividad de las cesantías y los regímenes especiales de salud y pensiones y al mismo tiempo elimina el derecho a la contratación colectiva, pues las convenciones quedan, para su cumplimiento, sujetas a aprobación del Confis, las asambleas departamentales y los concejos municipales. Este proyecto de ley abre la posibilidad de que el gobierno entre a demandar las convenciones colectivas de los trabajadores estatales.
Las reformas a la política petrolera oficial aumentaron la participación de las multinacionales en los contratos de asociación de 50 a 70% y bajaron el pago de regalías desde 20 hasta 5%, en detrimento de los erarios de la nación, los departamentos y los municipios. Dicha reforma permite la participación del capital privado nacional y extranjero en los campos que están bajo la operación directa de Ecopetrol. Para ello, el gobierno habilitó los llamados «contratos de producción incremental» mediante los cuales, a cambio de inversión en tecnología, se les otorga un alto porcentaje de la producción. Hasta hoy, Ecopetrol es dueña del ciento por ciento de dicha producción.
Los dirigentes de la USO adelantan entonces los preparativos para vincularse al Paro Cívico Nacional del 31 de agosto, a la vez que disponen todo lo concerniente a la organización de la huelga general en Ecopetrol. La reforma laboral, las modificaciones a la política petrolera oficial, la disminución de la nómina de trabajadores directos, entre otros, debilitan seriamente la empresa, facilitan el saqueo imperialista de los hidrocarburos y aniquilan al sindicato.
La USO está librando su lucha en el marco de la resistencia en la que está empeñada la nación colombiana contra la recolonización gringa.