La actividad del senador Jorge Santos Núñez, del BDR-MOIR, ha encarnado la más clara resistencia a la intrusión norteamericana, al gobierno de Samper y a su política de sumisión nacional y de continuismo en la apertura económica.
Levantando la bandera de la soberanía, Santos ha presidido numerosos actos públicos, entre ellos, en la isla de San Andrés, ante la embajada norteamericana en Bogotá, y ante la cumbre de los Países No Alineados en Cartagena. En todos quemó la bandera gringa.
El senador moirista ha votado y dejado constancia contra los antipopulares proyectos gubernamentales. «El Pacto Social, un plan demagógico y antinacional» fue una de sus posiciones en defensa de los trabajadores. Ha dado también importantes debates defendiendo a los productores nacionales en contra de las privatizaciones y la fascistización de la justicia. Su voto el fue único consignado en contra de la Ley 200, el despótico régimen disciplinario único.
Santos sigue estrechamente ligado a los proletarios. En sus giras ha visitado cuarenta ciudades. Marchó de Calarcá a Armenia en el paro de los caficultores; y en Bucaramanga y Florencia contra la privatización de los servicios y en la capital con los vendedores ambulantes y los habitantes de las riberas del río Bogotá contra los desalojos de Mockus.
En respaldo a las luchas populares ha presentado tres proyectos de ley: el de condonación de las deudas bancarias de los caficultores, el de garantías sindicales para los trabajadores del Estado, aprobados en el Senado, y el de la patriótica ley de hidrocarburos preparado por la USO y suscrito por otros nueve senadores.