Tercera Asamblea del Sindicato de la Salud y la Seguridad Social: COMPROMISO DE COMBATE CONTRA LA PRIVATIZACIÓN

Por Aldo Cadena

Para enfrentar los graves embates de la política neoliberal, aperturista y privatizadora tendientes a arrasar con lo que aún queda en pie del sistema de salud pública, sesionó del 7 al 10 de octubre, en Santa Marta, la Tercera Asamblea General del Sindicato de la Salud y la Seguridad Social, Sindess.

Fueron cuatro días de análisis y debate, durante los cuales los delegados, provenientes de todas las regiones del país, eligieron su nueva junta nacional e hicieron el patriótico compromiso de defender a toda costa la salud pública.

No podía ser de otra manera. El último envión, en desarrollo de la nefasta Ley 100 de 1993, obliga a los entes territoriales a dar muerte, con la privatización, a sus propios hospitales, durante años dotados con el esfuerzo de los colombianos. El golpe de gracia se les dará bajo la engañosa figura de las Empresas Sociales del Estado, ESE, en que han sido obligados a convertirse.

Defender la salud pública, problema de soberanía
Concluyó la asamblea que el modelo imperialista es una agresión contra el pueblo y la nación colombianos, que pone término a la función social del Estado y entrega los servicios al capital financiero, al cual quedan sometidas las entidades prestadoras de salud; impide por completo el acceso de los pobres a los servicios y dificulta el de la clase media; impulsa la contratación civil de los trabajadores, despojándolos de sus conquistas; arrebata derechos adquiridos tales como cesantías, estabilidad, pensiones y asistencia médica, a la vez que atomiza las luchas sindicales, y entrega a los monopolios la infraestructura hospitalaria del Estado y su recurso humano capacitado. Así, la función del Ministerio de Salud se limita a dar impulso a la privatización.

La irresponsabilidad del Ministerio llegó a tal punto, que abandonó programas tan importantes como el de erradicación de la malaria y la tuberculosis, el de sanatorios, cancerología, vigilancia epidemiológica, estadística, red hospitalaria, así como los proyectos arquitectónicos, de capacitación y mantenimiento prestados por el desparecido Fondo Nacional Hospitalario. La situación se repite en los Servicios Seccionales de Salud, a los que se les quita incluso la posibilidad de recibir los dineros del situado fiscal, los cuales pasarán a ser manejados por las EPS privadas, que, para efectos del atraco, asumen ahora el nombre de Administradoras del Régimen Subsidiado, ARS.

Encontradas posiciones sobre la Ley 100 de 1993
Hoy en día los mismos monopolios financieros se muestran descontentos con la Ley 100, porque a pesar de sus exorbitantes ganancias, consideran que ha sido laxa y no les ha permitido, entre otras cosas, la ruina del ISS, su principal competidor, que les estorba captar una afiliación masiva, la esencia del negocio.

También el gobierno, que necesita rebajar aún más las partidas que por ley le corresponde entregar a la nación.

Los entes territoriales, porque sobre ellos fue descargada toda la responsabilidad de prestar los servicios, lo que los obligará a depender por completo de la venta de los mismos.

Los padres de la criatura neoliberal, porque las medidas tardan demasiado en arrasar con lo poco que aún queda de salud pública, haciéndolos quedar mal con los mandatos del imperio.

El rechazo a la Ley 100 crece igualmente en el bando opuesto. En las comunidades, porque cada día se les imposibilita más el acceso a los servicios. Entre un buen número de organizaciones sindicales y gremiales, porque la ley recorta sus derechos. Finalmente, otros sectores de la clase obrera, entre los cuales está el Sindess que, bajo la orientación de la CGTD y Utradec señalan que, a más de lesionar las reivindicaciones económicas, las leyes 60y 100 constituyen un atentado neoliberal e imperialista contra la soberanía del país.

Organizar, educar y educarnos, tarea inaplazable
Una de las decisiones centrales de los asambleístas fue la de conformar tres escuelas de estudio para el sector de la salud, en Santa Marta, Bogotá y Cali, a partir de febrero de 1997. Su objetivo consiste en preparar cuadros de avanzada que sepan entrelazar los intereses del sector con los de las amplias masas populares.

Hemos encontrado a dirigentes cívicos y políticos, así como a diputados, concejales y ediles, con las manos en la cabeza por las dificultades que afrontan ante su impotencia para cumplirles a sus representados, pero que no saben el origen de sus males. Desenredar tamaño embrollo le corresponde en parte al Sindess. Para ello es necesario impulsar foros, por regiones y localidades, con aquellos sectores a los que les indigne la forma como el gobierno, ha decidido marchar contra los intereses de los colombianos para cumplir los mandatos recolonizadores del imperio. Debemos organizar nuestras fuerzas, educarnos y educar, entrelazar nuestra inconformidad con las querellas de la población.

La lucha que ha de librarse debe tener las características antiimperialistas que impone la defensa de la soberanía nacional.