Documento preparatorio de la gran Marcha Nacional Indígena de septiembre pasado. Lo suscriben las principales organizaciones indígenas y contiene importantes planteamientos que TRIBUNA ROJA publica para el conocimiento de nuestros lectores.
Este es un mensaje de convocatoria desde los pueblos indígenas, que tiene raíces en nuestra voz y nuestra memoria colectiva, pero que no pretende imponerse. Los pueblos necesitamos solidaridad recíproca y unidad, caminar juntos para defender la vida, la justicia, la alegría, la autonomía y la libertad. Partimos de estos principios:
• La situación de emergencia se debe a un problema de fondo relacionado con la estrategia neoliberal y la globalización y por eso la acción inicial es parte de una lucha a mediano y largo plazo. Los resultados que persiguen el ALCA y el TLC representan las formas de agresión más peligrosas y destructivas para las que se realizan las reformas constitucionales y a las que en última instancia sirven la guerra y el terror.
• Las movilizaciones urgentes no son el comienzo ni el final del camino, sino una etapa del proceso que se propone construir en minga alternativas indígenas y populares para que otro país justo, democrático, respetuoso y en paz sea posible.
• Es contrario a la verdad que este Gobierno haya alcanzado o esté logrando la paz, la justicia y el bienestar y que ande por buen camino. Ya estamos sumergidos en la guerra y en una crisis sin precdentes que empeoran con las políticas que se vienen implementando con el falso argumento de superarlas.
• Las comunidades, organizaciones y pueblos indígenas vivimos en carne propia esta realidad y por eso queremos que el país y el mundo sepan que estamos inconformes con el modelo que se implementa en nuestro país y con sus consecuencias.
• Como pueblos ancestrales autónomos rechazamos la intención y la práctica irresponsable y criminal del Gobierno, que pretende involucrarnos en la guerra imponiéndonos la disyuntiva de colaborar con las fuerzas armadas o, de lo contrario, ser perseguidos y criminalizados como presuntos colaboradores de la insurgencia. En vez de protegernos, el Gobierno y las fuerzas militares son un factor de terror y maltrato en contra de nuestros pueblos.
• Igualmente, una vez más rechazamos la arrogancia, el autoritarismo, la intimidación, los abusos, los crímenes cometidos por la insurgencia contra nuestra organización y nuestras comunidades y sus intentos constantes de cooptar y cometer a las organizaciones y de reclutar comuneros y comuneras.
• Reconocemos, respetamos y compartimos la inconformidad y la lucha de otros sectores y procesos populares y nos comprometemos a coordinarnos y a trabajar en unidad y solidaridad recíproca con ellos desde nuestra autonomía.
• Rechazamos por principio y por experiencia cualquier intento de cooptación, apropiación, manipulación o explotación de nuestro proceso.
• Es fundamental reconocer y no caer en la trampa que busca dividir a las comunidades indígenas contra las campesinas y afrocolombianas. Estas viejas estrategias explotan y generan diferencias para dividir los procesos populares.
• Nos distanciamos de quienes aseguran que solo es posible el desarrollo y el bienestar aplicando las fórmulas y las recetas del mercado multinacional global. El deterioro de las condiciones de vida y la creciente pobreza e inseguridad de los pueblos es evidencia de lo contrario. Como pueblos indígenas reconocemos en estas promesas la versión actualizada de la vieja estrategia de exterminio y dominación que vienen aplicando desde la conquista. Recurrentemente nos han dicho que por nuestro bien debemos ser exterminados y que no hay lugar para nosotros en el presente ni en el futuro. Hoy como siempre reiteramos que no hay presente ni habrá futuro sin nosotros porque defendemos la vida, el equilibrio y la armonía. Aseguramos con el peso de nuestra experiencia que sí hay alternativas y es necesario que las encontremos reuniéndonos según nuestros usos y costumbres para soñar y trabajar juntos y desde lo propio consolidar nuestros Planes de Vida.
• El triunfo de la vida sobre la muerte depende de que la fuerza de las armas sea superada por la unidad de las conciencias. La única manera de superar la pesadilla de horror que ocupa el poder es educar, madurar y liberar la conciencia de la gente en defensa de la vida.
• Como siempre, hemos consultado y seguiremos escuchando a los mayores para saber que nos acompaña nuestra fuerza espiritual ancestral en equilibrio y armonía con todos los seres de la vida.
* * *
Desde el Movimiento Indígena hacia afuera
• Plantear exigencias de carácter urgente encaminadas a detener políticas, procesos y proyectos que amenacen la supervivencia y la seguridad de nuestros pueblos, organizaciones y comunidades.
• Establecer instancias y mecanismos de articulación y convergencia con otros procesos y organizaciones populares que nos posibiliten trabajar y actuar unidos para fortalecer la resistencia y construir alternativas que hagan posible un país diferente.
• Fortalecer la solidaridad recíproca con pueblos y procesos de las Américas y del mundo que comparten la resistencia y nuestra lucha por un mundo posible y necesario.
Por eso sabemos que no estamos solos para enfrentar la mayor amenaza que hemos sufrido hasta el momento. Comprender y enfrentar las estrategias del proyecto neoliberal requiere que sumemos capacidades, compartamos conocimientos y trabajemos juntos. Llamamos de nuevo a todos los pueblos y organizaciones a que nos levantemos al mismo tiempo y paso a paso cada vez más unidos y numerosos, por nuestros derechos y por el de cada pueblo.
Propuestas
1. Referendo Popular Consciente frente al TLC, el ALCA y a la política neoliberal. Que el Pueblo tenga derecho de decidir, de decir NO al negocio que nos roba lo que es nuestro. Que se detengan las negociaciones hasta cuando se convoque una consulta popular y se den las condiciones para informar al pueblo lo que está en riesgo.
2. Autonomía: Soberanía alimentaria, territorial, energética y ambiental. Restringir la importación de alimentos subsidiados y transgénicos, realizar una verdadera reforma agraria integral con créditos y apoyos técnicos, respetar los territorios ancestrales y acabar con el hambre.
3. Fortalecer y Consolidar la Producción y el Mercado Interno Comunitario y Solidario. Producir para responder a necesidades y derechos y exportar solamente excedentes. Detener la política de exportaciones que enriquece a pocos y condena a la miseria y a la esclavitud a la mayoría.
4. Renegociar la Deuda Pública desde la Dignidad. Someter al capital financiero, comercial y productivo multinacional a la regulación necesaria para proteger los derechos de los pueblos. No más imposición de políticas de hambre a cambio de más deuda. Que el Fondo Monetario, el Banco Mundial y los demás acreedores respondan y respeten la soberanía, la paz y la vida.
5. Defensa de la Riqueza Nacional. El territorio, la Cultura y la Vida no se negocian. No se entrega la riqueza para que acumulen unos monopolios. Primero está el bienestar colectivo. El valor generado por el trabajo debe distribuirse entre todos con equidad, para generar autonomía y bienestar (salud, educación, justicia). No a las privatizaciones.
6. Reconocimiento y Protección del Derecho de Propiedad Colectiva. No se puede patentar la vida para multinacionales y negocios. La tierra es colectiva, la vida no es propiedad privada. No se puede patentar lo que pertenece a la vida y de lo que depende la armonía y equilibrio.
7. Reforma Tributaria para la Justicia y la Redistribución. Revertir los impuestos a los pobres para financiar y apoyar a los ricos. No al IVA, al impuesto a la comida, a la canasta básica, al salario. Impuestos a los ricos y a las grandes empresas. Promover crecimiento económico pero con redistribución justa y solidaria de las ganancias.
8. No más Guerra. Desarme inmediato. Salida inmediata de todos los actores armados del territorio. Justicia, verdad y reparación integral a las víctimas del conflicto. No más impunidad. Salida negociada a la guerra para alcanzar la paz con justicia social, pero donde se negocian las propuestas populares surgidas de una Constituyente Popular para la Paz y la Vida.
9. Enfrentar la producción de cultivos para uso ilícito como un problema social y económico y detener de inmediato las fumigaciones y la guerra contra las drogas. Hacer una guerra contra el negocio del narcotráfico en el norte, en los países de Norte América y Europa hacia donde se va el dinero que se gana con la muerte y la intoxicación de los pueblos.
10. Crear un Sistema Nacional de Comunicaciones para la Vida y la Verdad en contraste a los monopolios de los medios masivos actuales que desinforman para servir intereses particulares.
Organización Nacional Indígena de Colombia-ONIC, Consejo Regional Indigena del Cauca-CRIC, Organización Indígena de Antioquia-OIA, Organización Regional Embera Waunan-Otewa, Organización Regional Indígena del Valle del Cauca-Orivac, Consejo Regional Indígena de Caldas-Cridec, Consejo Regional Indígena de Risaralda-CRIC, Consejo Regional Indígena del Huila-Crihu, Consejo Regional Indígena del Tolima-CRIT, Unidad Pueblo Awá-Unipa, Organización Regional Indígena del Quindío-Oriquin (Agosto 26 de 2004).