Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, MOIR; Enero 27 de 1977
El Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, MOIR, saluda con alborozo el primer Encuentro Nacional de Solidaridad con la lucha de los trabajadores petroleros.
Las justas aspiraciones de los obreros de Ecopetrol, resumidas en su pliego de peticiones y tendientes a defender la contratación colectiva, la estabilidad y por mejores salarios y prestaciones y para lograr el reintegro de los obreros despedidos en 1971, han sido respondidas por la empresa y el gobierno con un nocivo contrapliego que tiene como propósito fundamental acabar con los derechos sindicales adquiridos por la USO, generalizar la contratación a término fijo y el sistema de contratistas, eliminar importantes prestaciones sociales, y escamotear el reajuste salarial exigido por los trabajadores.
La empresa y el gobierno pretenden justificar este desafuero con el cínico argumento de que la actual convención colectiva y los derechos de la USO llevan a Ecopetrol a una crisis inminente, y han emprendido una campaña antiobrera para justificar su intransigencia en la negociación y aislar e intimidar a los obreros petroleros hasta el punto de realizar provocadoras ocupaciones militares de los sitios de trabajo y nombrar un represivo alcalde militar en Barrancabermeja.
Lejos de amedrentarse, el proletariado petrolero se dispone a derrotar el nefasto contrapliego, defender sus derechos democráticos y unirse al resto de la clase obrera y el pueblo, para combatir la reaccionaria y represiva política del gobierno lopista, y señalar al imperialismo norteamericano como el responsable de la difícil situación petrolera de nuestro país.
Desde principios de siglo, los gobiernos de la oligarquía liberal-conservadora han concedido toda clase de privilegios a los monopolios petroleros extranjeros para que exploten a su antojo el petróleo y los demás recursos naturales.
El gobierno de López, más obsequioso que los anteriores, hizo nuevas y valiosas concesiones a los monopolios yanquis, como la entrega de los ricos yacimientos de Gas a la Guajira a la Texas Petroleum. Bajo el manto de una supuesta nacionalización, López ha aplicado la habilidosa política de “asociación”, que consagra todas las concesiones tributarias a las compañías extranjeras. Ha aprobado nuevas medidas, más atractivas para el capital yanqui, tales como la elevación del precio interno del petróleo y el pago por parte de Ecopetrol de la mitad de los gastos de exploración y explotación de los nuevos pozos usufructuados también por los pulpos foráneos, ahorrándoles inversiones y riesgos mientras desangra económicamente a la empresa estatal.
Esta política antinacional perjudica a Ecopetrol, que se encuentra prácticamente hipotecada a las organizaciones prestamistas yanquis, y tiene que gastar fabulosas sumas en comprar a las compañías extranjeras el petróleo, extraído de nuestro suelo, a elevados precios internacionales.
Lo anterior explica las razones por las cuales el gobierno busca recortar las modestas conquistas de los trabajadores petroleros y del resto de la clase obrera colombiana, para cumplir las exigencias de extorsión y pillaje de los monopolios imperialistas. Y por ello también la clase obrera, más que ninguna otra fuerza de la sociedad colombiana, está obligada a mirar no sólo sus propios intereses reivindicativos inmediatos, sino los supremos designios de la nación y del pueblo, que reclaman una revolución de independencia nacional, única forma de resolver los grandes problemas económicos del país y obtener el bienestar de las masas. Pero para conquistar la independencia nacional y hacer la revolución se requiere de la más estrecha alianza de todas las clases y fuerzas revolucionarias en un poderoso frente único antiimperialista, capaz de derrotar y derrocar a los usurpadores y bandidos de la minoría oligárquica.
Esperamos con vivo entusiasmo que los obreros petroleros, que han mantenido una tradición de lucha en defensa de nuestros recursos e intereses nacionales, que en 1948 recuperaron en gloriosa huelga la concesión explotada por la Tropical Oil Company, y que defienden con ardor la consigna de la nacionalización del petróleo, empuñen la bandera de la unidad de las clases y fuerzas revolucionarias en un gran frente único antiimperialista y se pongan al frente de las grandes batallas por la revolución colombiana.
El MOIR respalda incondicionalmente la justa lucha del proletariado petrolero y llama a todas las fuerzas revolucionarias, a la clase obrera y al pueblo, a unirse estrechamente en la más efectiva solidaridad con este nuevo combate contra el “Mandato de hambre”.
¡Atrás el contrapliego patronal!
¡Por la nacionalización sin indemnización del petróleo y demás recursos naturales!
¡Viva la justa lucha de los obreros petroleros!
¡Viva la unidad de todas las clases y fuerzas revolucionarias por la liberación nacional!