CONMEMORACIÓN DEL TERCER ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE FRANCISCO MOSQUERA

(Palabras de Francisco Valderrama, el 1o. de agosto de 1997 Inauguración de la sede nacional del MOIR)

Después de varios años sin sede propia, abrimos ésta que hoy, en el tercer aniversario de la muerte del camarada Francisco Mosquera, bautizamos con su nombre. Este logro se lo debemos a los nuevos vientos favorables a la lucha revolucionaria del MOIR, que han empezado a soplar cada vez más fuertes con la destorcida de la política imperialista neoliberal.

En la vida de los partidos hay hechos que se convierten en puntos de referencia sobre el desarrollo de su historia. La Rebeca, nuestra primera sede, inaugurada en el auge inicial de los setenta, fue testigo de la expansión nacional del MOIR como partido de la clase obrera colombiana. De allí salieron la mayor parte de los militantes que se vincularon a la política de los «pies descalzos». ¡Cuántos encuentros memorables se realizaron en sus salones! La Rebeca fue punto de reunión de nuestras fuerzas en los años de auge, y de resistencia cuando las condiciones del país cambiaron y entramos en el túnel, como bautizó el camarada Mosquera ese período de retroceso de la lucha de las masas, que acompaña siempre el auge de todos los oportunismos.

Hoy, «cuando nos ganamos una nueva oportunidad» de convertirnos en vanguardia de la clase obrera y el pueblo en su lucha por la independencia, estamos seguros de que la sede Francisco Mosquera será testigo de una nueva expansión del Partido. Es la firme intención del Comité Regional de sostenerla abierta, para lo cual contaremos con el apoyo del Comité Ejecutivo Central, de los organismos nacionales y de toda la militancia.

La primera tarea que vamos a enfrentar es la de desarrollar a fondo la campaña electoral para el Concejo de Bogotá. Afortunadamente nuestros mejores dirigentes sindicales, en plausible decisión, han ocupado los primeros puestos en la conformación de nuestra lista. Se han puesto al frente de las tareas para sacar adelante una campaña electoral revolucionaria, que denuncie plenamente la intromisión del imperialismo norteamericano en nuestro país y el papel que en ella han tenido los colaboracionistas, que corretean acuciosos por los corredores del gobierno, la Fiscalía, los gremios y los diarios, preparando ideológicamente el terreno y empujando la entrega a pedazos de la soberanía. El último espectáculo grotesco lo acabamos de ver con la anunciada firma de un acuerdo sobre el respeto a los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas, condición sin la cual no pueden aspirar a recibir las limosnas del gobierno gringo. Nunca había sido tan abyecto el espectáculo de sumisión ante el imperio.

Después vendrá la campaña del Congreso, en la cual tendremos que garantizar que nuestro camarada Jorge Santos sea reelegido y ocupe la curul en la cual nos ha representado con lujo, ganándose el aprecio y el respeto de todos los revolucionarios y demócratas del país.

Convirtamos pues esta sede en un instrumento de cohesión del Partido en las tareas que nos esperan, cuidémosla y colaboremos con su mantenimiento y embellecimiento. Hagámosle honr a quien le da su nombre, el camarada Francisco Mosquera, guía ideológico del MOIR.