El pasado 29 de octubre fue alevosamente detenido por elementos del F-2 en Magangué el dirigente de nuestro Partido, Alejandro Acosta, quien fue secretario general de la Juventud Patriótica (JUPA), brazo juvenil del MOIR. Después de siete días de injusto arresto, de ser trasladado de Magangué a Cartagena y finalmente a Medellín, el compañero Acosta fue puesto en libertad incondicional el 5 de noviembre, por falta absoluta de evidencias en su contra.
Desde el comienzo las autoridades regionales y algunos medios de información trataron de justificar la detención del compañero relacionándola con la feroz persecución política recientemente desatada por la policía y el ejercito en Cartagena y el departamento de Bolívar.
A lo anteriormente denunciado se suma la campaña represiva que de tiempo atrás ha venido desencadenando la policía contra militantes y amigos del MOIR en la región de Magangué, campaña que va desde las continuas detenciones hasta los decretos de extrañamiento y las amenazas de muerte. Sin embargo, a pesar de la represión de que están siendo víctimas nuestros camaradas, el MOIR continuará el combate contra el régimen lopista, para lo cual cuenta con el respaldo de las masas populares de ese municipio.
Rectificación a “El Espectador”
A partir del 14 de noviembre, el diario El Espectador se dedicó a publicar toda una serie de informaciones tendenciosas contra el compañero Acosta. El 18 del mismo mes Alejandro Acosta envió al director de ese periódico una carta de rectificación, de la cual extractamos sus principales apartes: “En cuanto a los viles propósitos de hacerme aparecer como delator, es éste el más viejo truco de la reacción para dividir al pueblo y a los auténticos revolucionarios y tiene el inocultable propósito de enfrentar al MOIR con el ELN. Debe Usted saber que ante el inaudito atropello de que son víctimas los religiosos detenidos en Cartagena mi organización, el MOIR, y yo personalmente, sentamos nuestra más enérgica protesta y les brindamos nuestra incondicional solidaridad. Así como cuentan con ella todos los sectores democráticos y patrióticos que buscan un cambio revolucionario para Colombia, el cual le abra las puertas del progreso y la dignidad nacional. Contra los infundios de las minorías privilegiadas el pueblo colombiano forjará la coraza de la unidad y conquistará la victoria.
Las falacias levantadas contra el MOIR forman parte de una campaña tendiente a justificar la solución de fuera por la cual propugna la reacción ante el actual crimen nacional. Pero no las calumnias de la presa al servicio del gobierno, ni las amenazas, ni la violencia arbitraria podrán detener el desprestigio irreversible del régimen de López ante el pueblo; por el contrario, lo único que lograrán será acrecentar el torrente incontenible de la lucha popular”.