OFENSIVA PRIVATIZADORA EN UNIVERSIDADES PÚBLICAS

Por Paula Ganitsky

La Universidad Distrital, entre otras muchas, es víctima de la política privatizadora, que persigue entregar las universidades públicas a «las leyes del mercado», sustituyendo la financiación estatal por el alza de matrículas, la venta de cursos e investigaciones y el endeudamiento de los estudiantes y sus familias con préstamos que deberán ser pagados a altas tasas de interés.

Con el pretexto de que la corrupción es un hecho corriente en la Distrital, se ha adelantado una campaña de desprestigio contra la institución, amenazando con su cierre inminente en caso de no adelantarse la reforma de la misma para convertirla en una empresa comercializadora de mercancías educativas. En pocas palabras, avanzar a grandes pasos con la privatización.

La pregunta sería: ¿porqué los lineamientos de educación son diseñados por agencias imperialistas y el gobierno les da todo su respaldo? El imperialismo exige que el gobierno disminuya el gasto público, y una forma de hacerlo son las privatizaciones. Pero no contento con esto, ordena que la mano de obra tiene que ser sumamente barata y por eso el estudiante no puede aspirar a muchos conocimientos, lo cual se puede comprobar con los nuevos pénsum de las carreras, que niegan el conocimiento científico para orientarse solamente a lo requerido por las empresas trasnacionales.

Se trata de poner la universidad al servicio de los intereses privados monopolistas, del capital financiero internacional, y convertirla en «uno de los ejes vertebrales del desarrollo social, político, económico y cultural en el contexto del mundo globalizado».1

En contra de esta política, los estudiantes han iniciado un proceso de discusión, organización y combate, en asambleas, reuniones, mítines y protestas, que han tenido su mayor expresión en la movilización del 6 de septiembre, durante la cual se hizo entrega al rector del Pliego de estudiantes Universidad Distrital. En él se recoge la exigencia de financiación total por parte del Estado, el rechazo a las prácticas privatizadoras, la democratización de la Universidad, la necesidad de organización, el reclamo de una educación científica y el rechazo al Plan de Desarrollo de la Universidad Distrital, que recoge sin reserva alguna la totalidad de las imposiciones del Banco Mundial.

El éxito de la defensa de la Universidad sólo puede ser resultado de la lucha de los sectores interesados en su existencia, y principalmente del estudiantado. Si la queremos llevar a cabo, debemos adelantar las tareas necesarias para construir una organización estudiantil independiente y democrática, que juegue el papel que le corresponde en contra del atraso y la dependencia económica y por el desarrollo de la ciencia, en la búsqueda de una Colombia soberana, con una economía firmemente asentada en el fortalecimiento de sus propias potencialidades económicas, la elevación del bienestar del pueblo y la defensa de la producción nacional.

La Juventud Patriótica, organización del MOIR, lucha por una educación gratuita, científica y al servicio de las masas e invita a los estudiantes colombianos a unirnos férreamente para la defensa del siguiente programa:

1. Educación gratuita, con adecuada financiación estatal a todos los niveles.

2. Fortalecimiento de la universidad pública, con suficiente dotación e inversión y profesorado tiempo completo.

3. Ampliación de la cobertura.

4. Sistemas de bienestar estudiantil, con residencias, restaurantes, fomento del deporte y actividades culturales.

5. Congelamiento de matrículas en la universidad pública y rebaja progresiva de las mismas hasta la completa gratuidad.

6. Dirección colegiada democrática, con participación mayoritaria de profesores y estudiantes, elegidos popularmente. Creación y fortalecimiento de consejos estudiantiles.

7. Investigación científica independiente de condicionamientos y al servicio de la nación.

NOTAS

1 Universidad Distrital FJC, Plan de Desarrollo 2001 – 2005, Educación de calidad para la equidad social.