El movimiento agrario de México, organizado bajo el nombre de El campo no aguanta más, aprobó el 1o. de enero de este año un documento en el que conmina al gobierno del presidente Vicente Fox a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN, causa fundamental de la ruina y los problemas que aquejan a los productores agrícolas. Por la importancia de tal pronunciamiento, publicamos los apartes principales. Es necesario anotar que los medios de comunicación han guardado un sospechoso silencio sobre el desarrollo de los acontecimientos en ese país, y sólo se han filtrado noticias muy parciales que dan cuenta de reuniones del gobierno con dirigentes del movimiento y sobre protestas masivas de campesinos e indígenas y las tomas de algunas oficinas de organismos oficiales.
Hace exactamente nueve años entró en vigor el TLCAN. Hace nueve años que se intensificó la guerra en contra de la agricultura campesina y, en general, en contra del campo mexicano. Hace nueve años, también, nuestros hermanos zapatistas, lanzaron el primer grito de resistencia en contra del modelo económico globalizador, concentrador de la riqueza en unos cuantos, desgarrador del tejido social, destructor de pueblos, depredador de la naturaleza y violador de los derechos de comunidades y de individuos.
Hoy, en este primer minuto del año, primer minuto del décimo año del TLCAN, se inicia la penúltima etapa de la guerra contra nuestra agricultura, contra nuestra soberanía alimentaria, contra la base de nuestra independencia como país. Hoy se desgravan todas las importaciones agroalimentarias procedentes de Estados Unidos y del Canadá, con excepción del maíz, fríjol, leche en polvo y azúcar de caña. Hoy se suprimen todos los aranceles, aranceles-cuotas y cupos de importación. Hoy se derriban las trincheras que permitían todavía una precaria subsistencia de las cadenas alimentarias básicas para nuestra economía: carne de res y cerdo, pollo, huevo, lácteos, arroz, trigo, papa, manzana y otras más. Hoy nuestros productores tendrán que defenderse solos contra los productos que cuentan con un subsidio del gobierno norteamericano hasta treinta veces superior al subsidio promedio que otorga el gobierno de México.
Sólo la ingenuidad, la ineptitud y la complicidad del Ejecutivo Federal y de muchos de los legisladores no han podido discernir que tras esta nueva etapa del acuerdo comercial se esconde una verdadera guerra contra nuestra sobrevivencia como país independiente. Sólo las mentes más obstinadas y menos informadas se niegan a ver que la negativa del gobierno de George W. Bush, apoyado en la complicidad del de Vicente Fox, de suspender esta desgravación es una pieza más en su estrategia belicista que lo mismo pasa por controlar el gas del Asia Central que el petróleo de Irak y de Venezuela y el suministro de alimentos de México. Porque dislocar nuestra producción agropecuaria, orientarla a producir sólo para la exportación y hacer depender la alimentación de nuestro pueblo de las importaciones procedentes de Estados Unidos, controladas por unas cuantas trasnacionales, es aceptar la madre de todas las derrotas: la de la comida de nuestra gente.
Por eso hemos llegado hasta acá las dirigencias de las organizaciones campesinas del Movimiento El campo no aguanta más y las organizaciones sociales que se han integrado a él y que nos apoyan. Aquí, en Ciudad Juárez, donde en 1911 los ejércitos campesinos terminaron con la dictadura porfirista de 40 años. En la frontera con el país más poderoso del mundo, cuyo gobierno se apresta a lanzar una nueva guerra para reforzar su dominio militar, económico y mediático sobre el planeta. Aquí, en el Puente Internacional de Córdoba por donde pretenden pasar el alud de alimentos dirigidos a nuestro país, alimentos de desecho, transgénicos, congelados por diez años, de chatarra, para avasallar nuestra producción nacional, afectar la salud de los mexicanos y consolidar la dependencia alimentaria de nuestra Nación.
Precisamente desde donde comienza la patria, y empieza América Latina, lanzamos este llamamiento al Pueblo de México. Anunciamos que en este mismo momento estamos en movimiento nacional de resistencia civil, pacífica, no violenta, para salvar al campo mexicano y para salvar a México. Hoy lanzamos esta contraofensiva de paz, de razones, de propuestas y de acciones de desobediencia. Ya nos hicimos presentes, sin muchos frutos, ante los poderes Ejecutivo y Legislativo. Ya declaramos unilateralmente la
moratoria al apartado agropecuario del TLCAN.
Desde aquí lanzamos una convocatoria a celebrar en los próximos días un Diálogo Nacional para la Salvación del Campo Mexicano, a todos los actores sociales, políticos, culturales y económicos interesados en rescatar nuestra agricultura, nuestra alimentación, nuestra dignidad y nuestra soberanía.
Nuestras seis propuestas y demandas básicas son:
1. Moratoria al apartado agropecuario del TLCAN y renegociación inmediata del mismo.
2. Fuera el maíz y el fríjol, alimento básico de nuestro pueblo, del TLCAN y demás tratados comerciales con otras naciones.
3. Programa emergente 2003 y programa de largo plazo 2020 para la revaloración y reestructuración de la agricultura nacional con participación de los campesinos, con base en los objetivos centrales de soberanía alimentaria, multifuncionalidad de la agricultura, revalorización de la agricultura campesina, fomento a la producción para el mercado interno a la par para la exportación, rentabilidad y certidumbre en los ingresos, empleo rural y agricultura sustentable y conservación de los recursos naturales.
En resumen, para lograr un crecimiento del sector agropecuario y forestal con equidad, sustentabilidad y soberanía.
4. Respeto a las organizaciones e iniciativas rurales genuinas y autónomas, fin del contubernio del gobierno del presidente Fox con el corporativismo rural y, en particular, reforma al órgano de gobierno de la nueva Financiera Rural para dar paso a formas de representación de los productores y pobladores rurales más genuinas y democráticas, dejando atrás la asignación de asientos con base en cuotas políticas que únicamente reproducen de una manera desvergonzada el viejo y nefasto corporativismo rural.
5. Calidad y sanidad en los alimentos para los consumidores mexicanos.
6. Reconocimiento a los derechos y cultura de los pueblos indios conforme a los Acuerdos de San Andrés.
Nuestro interlocutor primero no es el gobierno, el destinatario primordial de nuestro llamado son ustedes, que constituyen el Pueblo de México. Hacemos un llamamiento a la ciudadanía, a su conciencia, a los sentimientos de la nación que invocó Morelos en su lucha. A nuestras hermanas y hermanos de todo el país los invitamos a participar a su modo, de acuerdo con sus posibilidades, en este movimiento El campo no aguanta más, con una o varias de las siguientes acciones:
Manifestándose en los puentes internacionales y aduanas.
Enviando cartas con firmas a sus senadores para que se declara la Situación de Emergencia Económica, Social y Ambiental en el Campo Mexicano y se declare la moratoria al apartado agropecuario del TLCAN.
Portando un listón verde en la solapa de su blusa o camisa.
Inscribiendo en las ventanas de sus casas o de sus vehículos leyendas como «Moratoria al apartado agropecuario del TLCAN» o «Salvemos el campo, salvemos a México» o «El campo mexicano no aguanta más».
Enviando cartas a la redacción de los periódicos de su localidad o participando en los programas de radio de teléfono abierto apoyando nuestras demandas.
Revalorizando y promoviendo del consumo de alimentos hechos en México y cultivados por pequeños y medianos productores.
Organizando boicots al consumo de alimentos de importación, principalmente los relacionados con nuestra alimentación básica.
Participando en el Diálogo Nacional para la Salvación del Campo Mexicano en la fecha y lugar que se darán a conocer a la brevedad. Nuestra lucha no es por restaurar un pasado que no volverá. Es por reconquistar las bases, las raíces mismas de un futuro libre, soberano, próspero para las comunidades, para las personas, para los pueblos que componen nuestra patria. Nuestro combate no es el de unos cuantos, no es el de un sector particular, ni tampoco el de un cierto gremio. Combatimos por los derechos que se nos han conculcado a todos: a producir, a vivir dignamente de nuestro trabajo, a alimentarse sanamente, a construir una economía humana, basada en nuestra idiosincrasia y abierta a los avances de la ciencia y de la tecnología, el derecho a que nuestra agricultura y nuestras comunidades campesinas no sólo sobrevivan sino que vivan con dimensión de futuro y dignidad.
¡Salvemos el campo para México!
Desde el Puente Internacional de Córdoba en Ciudad Juárez, comienzo de
México, comienzo de Nuestra América, al primer minuto del primero de enero
de 2003.
Movimiento El campo no aguanta más. Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (Amucss); AsociaciónNacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC); Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac); Coordinadora Estatal de productores de Café de Oaxaca (Cepco); Coordinadora de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (Ccduc); Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC); Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA); Frente Democrático Campesino de Chihuahua (Fdcch); Frente Nacional en Defensa del Campo Mexicano (Fndcm); Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red Mocaf); Unión Nacional de Organizaciones en Forestería Comunitaria (Unofoc); Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (Unorca).