Por Nelly Chamorro y Adriana Cétarez
Contra la fusión de 17 instituciones de salud en Bogotá y el despido de 800 trabajadores, decisiones nefastas para los hospitales de primer nivel, el año pasado se realizaron combativas movilizaciones al Concejo y hubo tomas de varios centros asistenciales, como los de Tunjuelito y Kennedy 29, peleasque obligaron al gobierno distrital a reintegrar y reubicar a varias decenas de despedidos.
Ante la inminente amenaza de reestructuración en los hospitales de tercer y segundo nivel, en La Victoria, Kennedy y otros, en octubre y noviembre del año pasado se hicieron paros de más de 19 días, exigiendo el derecho al trabajo y exponiendo un no rotundo a la reestructuración. Los sindicatos Sinas, Sindistritales y Sintrasalud suscribieron con la administración del Hospital La Victoria un acuerdo en el cual, además de estipularse que no habría represalias, se reiteró el compromiso de pagar las deudas atrasadas por salarios y prestaciones, fortalecer el presupuesto y analizar las propuestas sindicales.
La experiencia vivida en el Hospital La Victoria nos demuestra que la articulación de fuerzas entre la comunidad y los trabajadores es una base importante para defender un derecho tan primordial como la salud en las localidades de bajos recursos. En un proceso de educación por parte de los empleados de la entidad, se ilustró a la comunidad desde mayo de 2000 sobre la ofensiva que se proponía adelantar el alcalde Peñalosa, que apuntaba a cerrar servicios tan vitales como cirugía, ortopedia y urología. A mediados del año, la comunidad respondió con dos manifestaciones multitudinarias, expresando el apoyo a la función social del hospital y respaldando los derechos de los trabajadores. Por la misma época, trabajadores y comunidad se congregaron frente a la Secretaría Distrital de Salud y consiguieron el no cierre de los servicios mencionados.
El pasado 22 de febrero, de nuevo los trabajadores de la salud y la comunidad de La Victoria y de Kennedy participaron en el paro distrital de 24 horas en rechazo a los procesos de reestructuración que viene ejecutando el siniestro alcalde Antanas Mockus. En la junta directiva del Hospital La Victoria han fracasado hasta el momento los cinco paquetes de reestructuración.
La lucha continuará en defensa de la salud pública, derecho inalienable del pueblo. Como condición indispensable para el éxito de este empeño, el movimiento sindical deberá superar las vacilaciones e inconsecuencias y unificarse en un sólido frente de combate.