COBRO DE ABUSIVAS TARIFAS LES LLENO LA TAZA A LOS JARDINEÑOS

Por Javier Gaviria Betancur

Los habitantes de Jardín, municipio cafetero localizado al final de la carretera que de Medellín conduce al suroeste antioqueño, están librando una ejemplar lucha de resistencia civil contra las exorbitantes cuentas del servicio de acueducto y alcantarillado.

En 1997, el gobernador Álvaro Uribe Vélez ordenó liquidar Acuantioquia, empresa pública departamental que era la dueña y administradora de los sistemas de acueducto y, mediante contratos de concesión, los entregó a particulares.

Los acueductos de Jardín, Andes, Ciudad Bolívar, Betania, Salgar y Segovia los recibió en octubre de 1997 la firma Ingeniería Total, constituida cuatro meses antes, con un capital de tan sólo 21 millones de pesos.

Muy rápidamente las tarifas empezaron a reflejar el desmesurado interés de lucro de los nuevos propietarios, que chocaba con los escasos presupuestos familiares. Miles de quejas y reclamos fueron desatendidos y la fórmula única con que se respondía a los usuarios era: «Las tarifas están autorizadas por la Comisión Reguladora y se ciñen a la ley 142».

En enero del presente año, jardineños y andinos empezaron a organizar sus Ligas de Usuarios para encauzar el descontento popular hacia la búsqueda de soluciones. En marzo, una asamblea multitudinaria decretó en Jardín la desobediencia civil contra Ingeniería Total. Fue elegido un comité cívico, integrado, entre otros, por Gerardo Alzate, Juan Esteban Rendón, Fernando Lenis, Darío Cañaveral y Pedro Pablo Velásquez.

La desobediencia civil arrancó en mayo, con la entrega al Comité de alrededor de 1.900 cuentas, sobre un total de 2.307 usuarios, y para impedir los cortes se creó un comité de reconexión. Pero el ingenio y la sabiduría populares rebasaron todas las fronteras. Con el aporte de módicos 500 pesos por casa o por negocio, los usuarios sellaron con cemento los contadores, impidiendo que se hicieran lecturas de consumo o cortes de servicio.

En el pleito ya ha tenido que intervenir el gobernador. Pero los valientes pobladores mantienen inamovible su voluntad de sacar adelante la desobediencia civil y alcanzar su principal objetivo: que salga el operador privado y que el sistema pase ciento por ciento al municipio.