El siguiente es el texto del discurso pronunciado en la ONU el 15 de noviembre pasado por el camarada Chiao Kuan-jua, jefe de la Delegación de la República Popular China al 26° período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En este discurso se formula la posición revolucionaria proletaria frente a la actual situación internacional.
Señor Presidente, señores representantes:
Ante todo, permítanme en nombre de la delegación de la República Popular China agradecer a usted, señor Presidente y a los representantes de numerosos países, la bienvenida que nos han ofrecido.
Muchos amigos han pronunciado discursos muy entusiastas expresando su confianza así como su estímulo y sentimiento fraternales hacia el pueblo chino.
Estamos profundamente conmovidos por ello y todo esto lo transmitiremos a la totalidad del pueblo chino.
Es un placer para la delegación de la República Popular China estar hoy aquí para asistir al 26° Período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Como es sabido de todos, China es uno de los miembros fundadores de las Naciones Unidas. EN 1949 el pueblo chino derrocó el régimen reaccionario de la camarilla de Chiang Kai-shek y estableció la República Popular China.
Desde entonces, los derechos legítimos de China en las Naciones Unidas deberían haber pasado como cosa natural a la República Popular China.
Fue sólo debido a la obstrucción del gobierno de los Estados Unidos que los legítimos derechos de la República Popular China en las Naciones Unidas fueron arrebatados durante largo tiempo y que la camarilla de Chiang Kai-shek, desde hace mucho tiempo repudiada por el pueblo chino, pudo usurpar el puesto legítimo de China en las Naciones Unidas.
Esta fue una grosera interferencia en los asuntos internos de China, así como una premeditada violación de la carta de las Naciones Unidas. Ahora ha sido finalmente corregido tan injustificables estado de cosas.
UNA VICTORIA DE TODOS LOS PUEBLOS
El 25 de octubre de 1971, la actual sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por una abrumadora mayoría la resolución que restituye a la República Popular China todos sus legítimos derechos en las Naciones Unidas y que expulsa de ahí en adelante a los representantes de la camarilla de Chiang Kai-shek de las Naciones Unidas y de todas las organizaciones con ella relacionadas.
Esto prueba la bancarrota de las políticas de hostilidad hacia el pueblo chino y de aislarlo e imponerle el bloqueo. Esta es la derrota del plan de crear dos chinas en las Naciones Unidas, fraguado por el gobierno de los Estados Unidos en colusión con el gobierno japonés de Sato.
Esta es una victoria de la línea revolucionaria del presidente Mao Tsetung en los asuntos exteriores; esta es una victoria común de todos los pueblos del mundo.
Ateniéndose a los principios y a la justicia, los países patrocinadores de la resolución -Albania, Argelia, Birmania, Ceilán, Cuba, Guinea Ecuatorial, Guinea, Irak, Mali, Mauritania, Nepal, Pakistán, República Popular Democrática del Yemen, República Popular del Congo, Rumania, sierra Leona, Somalia, El Sudán, Siria, República Unida de Tanzania, República Árabe del Yemen, Yugoslavia y Zambia- han realizado incesantes y fructuosos esfuerzos para restaurar los legítimos derechos de China en las Naciones Unidas.
Muchos países amigos que apoyaron esta resolución también han hecho aportes a este fin.
Algunos otros países han expresado su simpatía hacia China en diversas formas.
En nombre del gobierno y el pueblo chinos expreso sinceros agradecimientos a los gobiernos y pueblos de todos estos países.
Han transcurrido 26 años desde la fundación de las Naciones Unidas. 26 años son un abrir y cerrar de ojos en la historia de la humanidad. Sin embargo, durante este período han tenido lugar profundos cambios en la situación mundial.
Cuando se fundaron las Naciones Unidas había 51 Estados miembros y ahora el número de miembros se ha elevado a 131.
De los 80 miembros que ingresaron posteriormente, la abrumadora mayoría son países que alcanzaron la independencia después de la Segunda Guerra Mundial.
LA GRAN CORRIENTE HISTÓRICA
En los últimos 20 años y tanto, los pueblos de Asia, Africa y América Latina han librado decididas luchas para conquistar y salvaguardar la independencia nacional y oponerse a la agresión y la opresión extranjeras.
También en Europa, Norteamérica y Oceanía están surgiendo movimientos de masas y corrientes sociales a favor del cambio del actual estado de cosas. Un creciente número de países medianos y pequeños se están uniendo para oponerse a las políticas de hegemonía y poder practicadas por una o dos superpotencias y para combatir por el derecho a resolver sus propios asuntos como países independientes y soberanos, y por un status de igualdad en las relaciones internacionales.
Los países quieren la independencia, las naciones quieren la liberación y los pueblos quieren la revolución. Esto se ha convertido en una corriente irresistible de la historia.
La sociedad Humana invariablemente hace constantes progresos y tales progresos siempre se logran a través de innumerables revoluciones y transformaciones. Tómense a los Estados Unidos, donde está situada la sede de las Naciones Unidas. Fue debido a la victoria de la Guerra Revolucionaria de 1776, dirigida por Washington que el pueblo norteamericano ganó la independencia. Y fue debido a la gran Revolución de 1789 que el pueblo francés se libró del yugo del feudalismo. Después de que la humanidad entró en el siglo XX, la victoria de la Revolución Socialista Rusa de octubre de 1917 dirigida por el gran Lenin abrió un amplio camino para la libertad y la liberación de las naciones y pueblos oprimidos del mundo.
El avance de la historia y el progreso social alegra los corazones y alienta a los pueblos del mundo y sume en el pánico al puñado de fuerzas reaccionarias decadentes que hacen máximos esfuerzos para sostener luchas desesperadas. Cometen agresión armada contra otros países, subvierten los gobiernos legítimos de otros países, intervienen en los asuntos internos de otros países, someten a otros países a su control político, militar y económico e intimidan a otros países a su voluntad.
Desde la Segunda Guerra Mundial, no ha tenido lugar una nueva guerra mundial, pero no han cesado las guerras locales. En el presente, subsiste el peligro de una nueva guerra mundial, pero la principal tendencia del mundo actual es la revolución. Aunque hay vueltas y revueltas y reveses en las luchas de los pueblos, las corrientes adversas a los pueblos y al progreso, no pueden, en última instancia, detener la corriente principal del continuo desarrollo de la sociedad humana.
El mundo se mueve inevitablemente hacia el progreso y la luz y, definitivamente, no hacia la reacción y la oscuridad.
EL PUEBLO CHINO SE HA PUESTO EN PIE
Señor Presidente y señores representantes: el pueblo chino ha experimentado sufrimientos inenarrables bajo la opresión imperialista. Durante más de un siglo, el imperialismo desencadenó repetidamente guerras de agresión contra China y la obligó a firmar muchos tratados desiguales. Ellos dividieron a China en zonas de influencia suyas, saquearon los recursos de China y explotaron al pueblo chino. El grado de pobreza y carencia de libertad sufridos por el pueblo chino en el pasado son conocidos de todos.
A fin de ganar la independencia, la libertad y la liberación nacionales, el pueblo chino, avanzando en oleadas con espíritu intrépido, sostuvo prolongadas luchas heroicas contra el imperialismo y sus lacayos y finalmente triunfó en la revolución bajo la dirección de su gran líder el presidente Mao Tsetung y el Partido Comunista de China. Desde la fundación de la República Popular China, nosotros, el pueblo chino, desafiando férreos bloqueos imperialistas y resistiendo intensas presiones impuestas desde fuera, hemos construido nuestro país como un Estado Socialista con inicial prosperidad mediante el mantenimiento de la independencia y la conservación de la iniciativa en nuestras propias manos y a través del apoyo en nuestras propias fuerzas. Los hechos han aprobado que nosotros, la nación china, somos completamente capaces de pararnos en nuestros propios pies dentro de la familia de las naciones.
TAIWÁN SERÁ LIBERADO
Taiwán es una provincia de China y los 14 millones de personas que viven en Taiwan son nuestros compatriotas por la carne y por la sangre. Taiwan ya había retornado a la patria después de la Segunda Guerra Mundial de acuerdo con la Declaración de El Cairo y la proclama de Potsdam, y nuestros compatriotas de Taiwan habían retornado ya al regazo de su patria.
El gobierno de los Estados Unidos confirmó oficialmente este hecho en más de una ocasión en 1949 y 1950 y declaró públicamente que la cuestión de Taiwan es un asunto interno de China y que el gobierno de los Estados Unidos no tenía ninguna intención de interferir en él.
Fue solo debido al estallido de la guerra de Corea que el gobierno norteamericano echó atrás sus propias palabras y envió fuerzas armadas para invadir y ocupar a Taiwan y el Estrecho de Taiwan, que pertenecen a China y hasta la fecha están todavía allí. La propalación en ciertos lugares de la falacia de que “el status de Taiwan no está determinado” es una conspiración para tramar “un Taiwan independiente” y persistir en crear “dos chinas”. En nombre del gobierno de la República Popular de China reitero aquí que Taiwan es parte inalienable del territorio del China y que la ocupación de Taiwan y del Estrecho de Taiwan no pueden en lo más mínimo alterar la soberanía de la República Popular China sobre Taiwan, que todas las fuerzas armadas de los Estados Unidos definitivamente deben ser retiradas de Taiwan y del Estrecho de Taiwan y que nos oponemos firmemente a cualquier designio de separar a Taiwan de la patria. El pueblo chino está resuelto a liberar a Taiwan y no hay fuerza en la tierra que nos pueda impedir hacerlo.
APOYO A LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS
Señor Presidente y señores delegados: el pueblo chino, que durante largo tiempo ha sufrido la opresión y agresión imperialista, se ha opuesto consistentemente a las políticas imperialistas de agresión y guerra y ha apoyado a todos los pueblos y naciones oprimidas en sus justas luchas para conquistar la libertad y la liberación, para oponerse a la intervención extranjera y convertirse en dueños de sus propios destinos. Esta posición del gobierno y el pueblo chinos se basa en los intereses fundamentales de los pueblos del mundo y está también de acuerdo con el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas.
La agresión armada de los Estados Unidos contra Vietnam, Camboya y Laos y su violación de la integridad territorial y la soberanía de estos tres países ha agravado la tensión en el Lejano Oriente y ha encontrado la poderosa oposición de los pueblos del mundo, incluido el mismo pueblo norteamericano.
El gobierno y el pueblo chinos apoyan firmemente a los tres pueblos de Indochina en su guerra contra la agresión norteamericana y por la salvación nacional y apoya firmemente la Declaración Conjunta de la Conferencia Cumbre de los Pueblos de Indochina y la propuesta de Paz de siete puntos formulada por el Gobierno Revolucionario Provisional de la República de Vietnam del Sur. El gobierno norteamericano debe retirar inmediata e incondicionalmente todas sus fuerzas armadas y las fuerzas armadas de sus seguidores, de manera que los pueblos de los tres países puedan resolver sus propios problemas independientemente y libres de la interferencia extranjera; esta es la clave para el relajamiento de la tensión en el Lejano Oriente.
Hasta la fecha, Corea aún permanece dividida. Los voluntarios del Pueblo Chino hace mucho se retiraron de Corea pero hasta ahora las tropas norteamericanas aún permanecen en Corea del Sur. La unificación pacífica de su patria es el anhelo común de la totalidad del pueblo coreano. El gobierno y el pueblo chinos apoyan firmemente el programa de ocho puntos para la unificación pacífica de la patria formulado por la República Popular Democrática de Corea en abril de este año y apoya firmemente su justa exigencia de que todas las resoluciones ilegales aprobadas por las Naciones Unidas sobre la cuestión de Corea sean anuladas y de que sea disuelta la “comisión de las Naciones Unidas para la Unificación y Rehabilitación de Corea”.
La esencia de la cuestión del Medio Oriente es la agresión contra el pueblo palestino y otros pueblos árabes por el sionismo israelí con el apoyo y la convivencia de las superpotencias. El gobierno y el pueblo chinos resueltamente apoyan al pueblo palestino y a los demás pueblos árabes en su justa lucha contra la agresión y creen que, perseverando en la lucha y defendiendo la unidad, el heroico pueblo palestino y los demás pueblos árabes seguramente serán capaces de recuperar el territorio perdido de los países árabes y restituir al pueblo palestino sus derechos nacionales.
El gobierno y el pueblo chinos sostienen que todos los países y pueblos que aman la paz y defienden la justicia tienen la obligación de apoyar la lucha del pueblo palestino y los otros pueblos árabes, y que nadie tienen derecho a entrar en tratos políticos a espaldas de ellos, feriando su derecho a la existencia y su interés nacional.
La continuada existencia del colonialismo y todas sus manifestaciones es una provocación contra los pueblos del mundo. El gobierno y el pueblo chinos apoyan resueltamente a los pueblos de Mozambique, Angola y Guinea (Bissau) en su lucha de liberación nacional y apoyan resueltamente a los pueblos de Tanzania, Zimbawe y Namibia en su lucha contra el régimen colonialista blanco y la discriminación racial. Su lucha es justa, y una causa justa triunfa con toda seguridad.
La independencia de un país es incompleta sin la independencia económica. El atraso económico de los países de Asia, Africa y América Latina es el resultado del saqueo imperialista. La oposición al saqueo económico y la protección de los recursos nacionales son derechos soberanos inalienables de un Estado independiente.
CHINA PERTENECE AL TERCER MUNDO
China es todavía un país atrasado económicamente y al mismo tiempo un país en desarrollo. Como la abrumadora mayoría de los países de Asia, Africa y América Latina, China pertenece al Tercer Mundo. El gobierno y el pueblo chinos apoyan resueltamente las luchas iniciadas por los países y pueblos latinoamericanos para defender sus derechos sobre doscientas millas náuticas de mar territorial y para proteger los recursos de sus respectivos países.
El gobierno y el pueblo chinos apoyan resueltamente las luchas desplegadas por los países exportadores de petróleo en Asia, Africa y América Latina, así como en varias organizaciones regionales y especializadas para proteger sus derechos e intereses nacionales y oponerse al saqueo económico.
Hemos sostenido consistentemente que todos los países, grandes o pequeños, deben ser iguales, y que los Cinco Principios de la Coexistencia Pacífica deben ser tomados como principios de guía de las relaciones entre los países. El pueblo de cada país tiene el derecho a escoger el sistema social de su propio país de acuerdo con su propia voluntad y a proteger la independencia, la soberanía y la integridad territorial de su propio país. Ningún país tiene derecho a someter a otro país a la agresión, subversión, control, interferencia e intimidación. Nos oponemos a la teoría imperialista y colonial de que las naciones grandes son superiores a las naciones pequeñas y de que las naciones pequeñas están subordinadas a las naciones grandes. Nos oponemos a la política de poder y de hegemonía de las grandes naciones que intimidan a las naciones débiles. Sostenemos que los asuntos de un país dado tienen que ser resueltos por su propio pueblo, que los asuntos del mundo tienen que ser resueltos por todos los países del mundo y que los asuntos de las Naciones Unidas tienen que ser resueltos conjuntamente por todos sus Estados miembros, y que no se les puede permitir a las superpotencias que los monopolicen y manipulen.
Las superpotencias quieren ser superiores a los demás y enseñorearse sobre los otros. En ningún momento, ni hoy ni en el futuro, será China una superpotencia que someta a otros a agresión, subversión, control, interferencia o intimidación.
LAS 2 SUPERPOTENCIAS SE ARMAN MIENTRAS HABLAN DE DESARME
Las una o dos superpotencias están acelerando su expansión armamentista y sus preparativos de guerra y desarrollando intensamente armas nucleares, amenazando así gravemente la paz internacional. Es compresible que los pueblos del mundo ansíen el desarme y particularmente el desarme nuclear. Su exigencia por la disolución de los bloques militares, el retiro de las tropas extranjeras y el desmantelamiento de las bases militares extranjeras es justa. Sin embargo, las superpotencias, a tiempo que hablan de desarme todos los días, en realidad están empeñadas diariamente en la expansión armamentista.
El llamado desarme nuclear que se supone que ellas buscan, tiene enteramente por propósito monopolizar las armas nucleares con el fin de efectuar amenazas y chantaje nucleares. China jamás participará en las llamadas conversaciones sobre el desarme nuclear entre las potencias nucleares a espaldas de los países no nucleares. Las armas nucleares de China están todavía en la etapa experimental. China desarrolla armas nucleares con el sólo propósito de defenderse y para romper el monopolio nuclear y eliminar finalmente las armas nucleares y la guerra nuclear. EL gobierno chino ha propugnado consistentemente la prohibición completa y la destrucción total de las armas nucleares y ha propuesto la convocatoria de una conferencia cumbre de todos los países del mundo para discutir este problema y, como el primer paso, para llegar a un acuerdo sobre el no uso de las armas nucleares.
El gobierno chino ha declarado en muchas ocasiones, y yo ahora en su nombre declaro una vez más solemnemente, que en ningún momento y en ninguna circunstancia será China la primera en usar armas nucleares. Si los Estados Unidos y la Unión Soviética real y verdaderamente quieren el desarme, deberían comprometerse a no ser las primeras en usar armas nucleares. Esto no es algo difícil de hacer. Hacerlo o no hacerlo será una prueba severa de si tienen o no un genuino deseo de desarme.
LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS SE APOYAN MUTUAMENTE
Siempre hemos sostenido que las justas luchas de los pueblos de todos los países se apoyan mutuamente. China siempre ha contado con la simpatía y el apoyo de los pueblos de varios países en su revolución socialista y en su construcción socialista. Es nuestro deber indeclinable apoyar las justas luchas de los pueblos de los diversos países. En este propósito, hemos suministrado ayuda a algunos países amigos para ayudarlos a desarrollar independientemente sus economías nacionales.
Al suministrar ayuda, siempre respetamos estrictamente la soberanía de los países receptores, y jamás exigimos que se agreguen condiciones para obtener algún privilegio. Suministramos ayuda militar gratuita a los países y pueblos que estén combatiendo contra la agresión. Nosotros jamás nos convertiremos en mercaderes de municiones. Nos oponemos firmemente a ciertos países que tratan de controlar y saquear a los países receptores por medio de la “ayuda”.
No obstante, como la economía china es todavía relativamente atrasada, la ayuda material que hemos suministrado es muy limitada y lo que suministramos es principalmente apoyo político y moral. Con una población de 700 millones, China debe hacer una mayor contribución al progreso humano y esperamos que esta situación, en que nuestra capacidad no alcanza a nuestro deseo, será modificada gradualmente.
Señor Presidente y señores representantes: de acuerdo con los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, las Naciones Unidas deben desempeñar su papel en el mantenimiento de la paz internacional, oponiéndose a la intervención y a la agresión y desarrollando las relaciones amistosas y la colaboración entre las naciones. Sin embargo, durante un largo período, las una o dos superpotencias han utilizado a las Naciones Unidas y han hecho muchas cosas en violación de la Carta de las Naciones Unidas contra la voluntad de los pueblos de diversos países. Esta situación no debe continuar.
Nosotros esperamos que el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas será real y verdaderamente acatado. Nos colocaremos al lado de todos los países y pueblos que aman la paz y defienden la justicia y trabajaremos junto con ellos por la defensa de la independencia nacional y la soberanía estatal de los diversos países y por la causa de salvaguardar la paz internacional y promover el progreso humano.