El Partido Comunista ha dicho que “en 1973 el MOIR ingresa a la UNO después de haberle dado muchas vueltas”, insinuando que nosotros teníamos una actitud inconsecuente desde un comienzo. Ustedes no pueden tener tan mala memoria para olvidar así como así las razones por las cuales el MOIR no ingresó a la UNO hasta 1973. Nuestro partido propicio las reuniones preliminares e intercambió opiniones con las otras fuerzas políticas sobre la necesidad de conformar un frente que permitiera a las organizaciones interesadas concurrir con ciertas opciones de éxito a las elecciones de 1974. Y participó en la asamblea del Capitolio que prácticamente fundó la Unión Nacional de Oposición, el 22 de septiembre de 1972. Pero hubo un obstáculo, el primer gran enfrentamiento entre ustedes y nosotros en este proceso: la obcecada posición del Partido Comunista a que el frente electoral en ciernes se constituyera con la Alianza Nacional Popular, proposición que el MOIR veía irrealizable, a no ser que se hicieran concesiones demasiado costosas y se diluyera campaña, frente, programa y todo en una amalgama oportunista sin ton ni son. No se trataba, desde luego, de dirimir si era deseable conformar un frente amplio o pequeño. Se trataba de comprender que no había condiciones para que un movimiento como ANAPO, decadente y descompuesto, corroído por el cretinismo y que no daba señales de querer soltar las amarras que lo atan al sistema, pudiera ingresar de pronto a un frente que aspiraba enarbolar un programa revolucionario. Sólo cuando ustedes abandonaron esta idea carente de piso material, cosa que hicieron después de agotar todos los procedimientos, desde los más públicos hasta los más privados, y de comprobar que en realidad no existía la más remota probabilidad de entendimiento con la ANAPO, se hizo viable un acuerdo del MOIR con el Partido Comunista con miras a una campaña electoral conjunta, y sólo entonces se puso a marchar en serio a la Unión Nacional de Oposición.
Hasta dónde los moiristas en 1972 comprendían la situación y preveían los requisitos que harían factible una alianza electoral de izquierda para 1974, se demuestra en los siguientes apartes tomados de “TRIBUNA ROJA”.
“La estrategia reaccionaria es clara: la promulgación indefinida de la Gran Coalición del Frente Nacional. (…) La alternación termina en 1974, pero el presidente que salga elegido entonces deberá gobernar con los partidos tradicionales. Las camarillas dirigentes liberal y conservadora pueden lanzar para 1974 un candidato presidencial por cada partido o lanzar uno solo que los represente a ambos. En cualquiera de los dos casos la obligación es la misma: gobernar coligadamente. A esto se han comprometido los varios aspirantes de los dos partidos. Hasta el doctor Alfonso López (…).
“Frente a esa situación se viene hablando de la necesidad de que la izquierda también se unifique y proclame un candidato único para 1974 (…) El MOIR no rechaza ni es su intención torpedear la perspectiva de un frente que, alrededor de una plataforma revolucionaria de lucha, lance un candidato único de la izquierda para 1974 y aglutine los más amplios sectores de masas posibles.
“Cuatro son las condiciones que creemos se deben dar para que ese frente contribuya al desarrollo de la lucha revolucionaria del pueblo colombiano en la situación actual.
“PRIMERA. El frente propuesto debe aprovechar la campaña electoral para desenmascarar la política antipatriótica y antidemocrática del Frente Nacional, para agitar un programa revolucionario y para apoyar las luchas de los obreros, los campesinos, los estudiantes y demás sectores populares (…).
“SEGUNDA. La ANAPO no podría ser la columna vertebral del frente electoral de izquierda. (…) Para que la ANAPO pueda convertirse en la columna vertebral del posible frente electoral de la izquierda colombiana tendría que variar radicalmente, cosa que creemos en verdad imposible. (…) A la ANAPO no se le debe hacer una sola concesión.
“TERCERA: El frente electoral debe aprobar una plataforma antimperialista y democrática, a la que se ceñirán sin excepción para la agitación y propaganda todas y cada una de las fuerzas integrantes.
“La importancia principal de un frente de esta naturaleza en la situación actual es la agitación que realice y la educación que imparta a la masas. Hay que profundizar la conciencia revolucionaria del pueblo colombiano; explicar que la dominación extranjera y la traba semifeudal son los factores determinantes del estancamiento de la producción y de la ruina económica de las mayorías. Exigir la nacionalización no sólo del petróleo, sino de todos los recursos naturales, así como la supresión de la injerencia del imperialismo yanqui en todas las ramas de la economía colombiana. La reforma agraria a propugnar no es una reforma cualquiera; ha de estar basada en la eliminación de la explotación terrateniente mediante la confiscación de los grandes latifundios y el reparto de la tierra para los campesinos que la trabajan. (…)
“CUARTA. Debe hacerse un acuerdo previo entre todos los partidos y organizaciones del frente que garantice: a) la dirección colectiva de la alianza y b) el respeto al carácter independiente de los partidos y organizaciones”[5].
Al asegurarse el cumplimiento de las cuatro condiciones enumeradas, el MOIR formalizó la alianza con el Movimiento Amplio Colombiano y el Partido Comunista. Lejos de tener una actitud inconsecuente, consignamos una posición diáfana, concreta y firme. La violación o la no cristalización de alguno de los requisitos exigidos, hubiera impedido nuestra vinculación a la UNO. La manzana de la discordia fue en este caso la Alianza Nacional Popular. Sin embargo, el Partido Comunista ha ocultado con insinuaciones y falsos cargos el fondo de un conflicto que ha rondado como un fantasma la casa de la Unión Nacional de Oposición durante toda su existencia.