Hubiera querido dirigirme a ustedes personalmente, pero un quebranto de salud me lo ha impedido. Agradezco a mi Partido el haberme honrado escogiendo mi nombre para encabezar la lista a la Cámara por Bogotá en esta nueva contienda electoral. Por ser Bogotá la primera ciudad del país, y en razón de la dimensión de sus problemas, se hace necesario que los destacamentos más esclarecidos de la población hagamos un titánico esfuerzo por organizar la resistencia a las modalidades que aquí está adoptando la recolonzación imperialista.
En los últimos diez años nos encontramos con la ejecución sistemática de un plan tendiente a convertir el Distrito Capital en un paraíso para los inversionistas foráneos, a costa del despojo de la propiedad estatal, de la destrucción del aparato productivo y del sometimiendo de los ciudadanos a agobiantes cargas tributarias, al tiempo que se priva de los medios de subsistencia a miles de seres, despidiéndolos de sus puestos de trabajo o desalojándolos de las calles en aras de una supuesta recuperación del espacio público.
No nos queda sino el camino de la resistencia, y con usted, compañero Robledo, lo transitaremos con decisión.