POR SOBERANÍA Y DEMOCRACIA, EL SINDICALISMO CON CARLOS GAVIRIA

Por Gustavo Triana, del Comité Ejecutivo Nacional de la CUT

A todas luces la candidadutura de Carlos Gaviria Díaz a la Presidencia de la República, es el portante suceso político para los trabajadores colombianos y los sectores más avanzados de la población en la era neoliberal. Su propuesta está dirigida a concretar el más amplio frente de unidad nacional para sacudirnos de la dominación imperial de Estados Unidos y la alcahueta minoría oligárquica.

Los 16 años de apertura de nuestra economía, de privatizaciones del patrimonio público y desnacionalizaciones de la industria y la banca nacionales, han traído ruina y pauperización para las clases laboriosas y la más inequitativa concentración de la riqueza en manos de las multinacionales y los grupos económicos que usufructúan el poder. Todas las políticas neoliberales aplicadas por César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe han tenido como objetivo principal el abaratamiento de la mano de obra, la negación de los derechos de organización, negociación y huelga, y la entrega descarada a los monopolios extranjeros de los recursos naturales, el patrimonio público y el mercado interno. Todo lo anterior ha sido llevado al extremo por el servilismo del presidente Uribe, quien además hace gala de su carácter autoritario y de áulico del gobierno de Bush en la región.

El movimiento sindical colombiano ha sido seriamente diezmado, cientos de sindicatos liquidados o puestos en minoría frente a la inmensa masa de trabajadores tercerizados, la legislación laboral y las escasas conquistas logradas en casi un siglo de luchas han sido derogadas por contrarreformas del legislativo, decretos presidenciales, fallos de las altas Cortes y la más descarada parcialización del Ministerio de «Desprotección Social». Hemos llegado al extremo de que el contrato individual de trabajo y el derecho colectivo están proscritos en las relaciones laborales, como se deduce del escaso número de sindicalizados y de la todavía más ínfima cifra de trabajadores amparados por la negociación colectiva.

En el marco de esta coyuntura se concretó el proceso de unidad de la izquierda colombiana en el Polo Democrático Alternativo, partido cuya bandera de lucha, conocida como Ideario de Unidad, armoniza con las principales reivindicaciones de la clase obrera colombiana y que plasma de manera más precisa Carlos Gaviria Díaz, en su programa de gobierno.

El Ideario de Unidad del Polo y el Programa de Gobierno de su candidato presidencial contemplan, entre otros objetivos, los siguientes:

*Defenderemos la soberanía y la independencia de nuestra nación frente a cualquier centro de poder extranjero. Rechazamos la globalización neoliberal y su expresión actual en el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, TLC, o en el Área de Libre Comercio de las Américas, ALCA, lo mismo que las imposiciones del gran capital financiero y sus instituciones internacionales de control, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio.

*Ejerceremos soberanía sobre la explotación de los recursos naturales estratégicos tales como los hidrocarburos, el carbón, las salinas, el níquel, la generación eléctrica, los metales y minerales preciosos, de tal manera que su extracción favorezca los intereses nacionales. Igualmente, recuperaremos la soberanía sobre la utilización del espectro electromagnético, la plataforma submarina, el agua de los ríos, los páramos y los bosques.

*El empleo digno y la generación de ingresos serán prioridades del conjunto de las políticas económicas y sociales en todos los niveles del Estado y del gobierno. Propondremos la derogatoria de la Ley 789 de 2002. Garantizaremos los derechos de asociación sindical y contratación colectiva para todos los trabajadores. Armonizaremos la legislación laboral con los convenios de la OIT. Proscribiremos las formas de tercerización de la contratación laboral y recuperaremos la vigencia del contrato individual y colectivo del trabajo.

Este contenido democrático del programa del Polo y de su candidato presidencial debe motivar a las filas del movimiento sindical a armonizar su lucha política y reivindicativa con la más estrecha vinculación a las actividades proselitistas de la campaña de Carlos Gaviria. Es de esta forma como se le pone contenido a la lucha contra la reelección de Álvaro Uribe y se estimula a todos los activistas sindicales a integrar la corriente más avanzada de la sociedad colombiana, enarbolando con decisión las banderas por la democracia y la soberanía. Los trabajadores deben enlazar con entusiasmo sus quehaceres sindicales a esta tarea política decisiva para la nación, en un periodo en que el arreciamiento de la dominación imperialista y la pérdida de soberanía están convirtiendo a Colombia en colonia de Estados Unidos, con todas las secuelas del atraso.

En la carta de adhesión que en noviembre de 2005 firmaron más de dos mil sindicalistas, se destaca el siguiente llamamiento: «Conscientes del deber proletario de unirnos con el resto de los sectores demócratas y progresistas, para adelantar actividades de resistencia contra el gobierno de Uribe Vélez y las políticas del gobierno norteamericano, los dirigentes del movimiento sindical recibimos con entusiasmo la postulación del senador Carlos Gaviria como candidato presidencial y lo animamos a continuar en el loable propósito de unificar en un gran frente a todos los damnificados por las medidas económicas y sociales, y por el autoritarismo del Estado comunitario y la seguridad democrática. Su candidatura a la Presidencia es un gran paso hacia una propuesta de unidad nacional que perdure y le traiga al país la concreción de una nación soberana y próspera con plena democracia». Este compromiso ha sido acogido por unanimidad en destacamentos insignia del movimiento sindical como Fecode, la USO, Anebre, Anthoc, Uneb, Sindesena, Sinbienestar, Sintrateléfonos, Sintraemsdes, Sintratextil, Sinaltradihitexco, entre otros, mientras que mayoritarios sectores de los comités ejecutivos de la CUT, la CGT, la CCP, y un significativo número de dirigentes de la CTC han hecho lo propio. Se puede afirmar que Carlos Gaviria cuenta con el respaldo de la inmensa mayoría del sindicalismo y del movimiento de pensionados, tal como quedó demostrado en la celebración del Primero de Mayo, cuando todas las movilizaciones se convirtieron en demostraciones de unidad y simpatía con su candidatura.

Ligar las luchas reivindicativas de los empleados de la Rama Judicial, hoy en paro nacional, los trabajadores del carbón del Cesar que negocian pliego con la multinacional Drumond, los compañeros de Ecopetrol que resisten la ofensiva de Uribe y Yanovich, los corteros de caña que batallan por consolidar su sindicato y enfrentan la amenaza del desempleo por la mecanización del corte, los proletarios agrícolas que en Urabá enfrentan un brutal contrapliego y, en fin, todos los conflictos obreros, con la campaña por llevar a Carlos Gaviria a la Presidencia de la República, es la posición más consecuente que pueden asumir los dirigentes y activistas sindicales con los intereses de la clase, el pueblo y la nación.