(Intervención de Yezid García, miembro del Comité Ejecutivo Central del MOIR en el programa de TV del 4 de enero de 1997).
Las centrales obreras y las organizaciones de trabajadores al servicio del Estado han convocado un paro nacional a partir del 11 de febrero.
La razón de esta convocatoria es la aplicación, por el gobierno de Ernesto Samper, de medidas neoliberales impuestas por el FMI y el Banco Mundial y que son contrarias al interés de la nación.
Con el argumento del déficit fiscal, el gobierno sancionó la ley 344 de 1996, que reduce sustancialmente la inversión social del Estado y vulnera derechos de los asalariados. El programa de privatización de empresas y venta de activos públicos continúa a mayor ritmo que en los tiempos del «revolcón». Se pretende feriar la exclusividad de Telecom en la prestación de los servicios de larga distancia, cercenar de Ecopetrol el suministro del gas natural, vender Cerromatoso, fraccionar la Empresa de Energía de Bogotá, enajenar las hidroeléctricas y las empresas municipales y departamentales de servicios públicos.
La crisis económica se pretende descargar sobre los sectores más empobrecidos de la población. A los trabajadores estatales se les disminuyó su salario real, ya que frente a una inflación de 21.63%, sólo se hizo un miserable aumento de 13.5%.
Las causas reales del déficit fiscal distan mucho de las explicaciones dadas, tanto por el gobierno samperista como por la oposición «conspireta». En realidad se deben a los postulados neoliberales y su apertura económica: en efecto, 25 % del presupuesto se destinará al pago de la deuda externa. La eliminación de los impuestos a las importaciones disminuyó los ingresos del fisco; las privatizaciones cerraron fuentes de recursos oficiales, y una economía en recesión significa menor recaudo en la tributación.
El paro nacional es, pues, la respuesta a un gobierno arrogante con el pueblo, pero vergonzosamente sumiso ante el capital extranjero y la creciente injerencia norteamericana.
Los empleados judiciales, que con su lucha y la solidaridad derrotaron la política salarial del gobierno, han mostrado el camino.
El MOIR respalda la justa protesta de los trabajadores estatales y, con entusiasmo, su militancia cumplirá la cita del 11 de febrero.