El 19 de abril, en Barranquilla, luego de una penosa enfermedad, falleció Ricardo Torres Galindo, padre de nuestro compañero y miembro del Comité Ejecutivo del MOIR, Marcelo Torres. Al sepelio concurrieron, además de sus familiares, numerosos militantes de Bolívar, Atlántico y Magdalena.
Don Ricardo había nacido hace 76 años en Magangué, donde se le conoció como dirigente cívico y deportivo. Al comienzo de los setenta colaboró en la construcción de nuestro Partido cuando apenas éste iniciaba labores en la región.
Poco después se trasladó a Montecristo, población del sur de Bolívar, donde vivió hasta poco antes de su muerte, dedicado al oficio de boticario y comerciante de medicamentos, labor que las gentes apreciaron por las difíciles condiciones de vida allí reinantes.
Cuando los activistas del MOIR adelantaban la organización de cooperativas campesinas, siempre encontraron en él su entusiasta y oportuno concurso.
A finales de 1983 participó activamente en la realización del encuentro de la Unión Campesina Independiente de Bolívar, que presidió Francisco Mosquera, jefe máximo del MOIR.
Más tarde, cuando el resurgimiento de la violencia obligó a nuestros militantes a replegarse, él debió permanecer en la riesgosa zona. Desde allí, a pesar de la forzosa separación, siguió con interés profundo el desenvolvimiento del Partido y sus luchas.
Disuelta la organización campesina local, la casa que servía de sede no volvió a abrir sus puertas. Pero él guardó las llaves porque, como solía decir, «uno de estos días regresa el MOIR».
Con su desaparición sentimos la pérdida de un amigo inolvidable. Por eso nos unimos a Marcelo y a su hermano Ricardo en el dolor.