COMERCIALIZACIÓN DEL PLANTE, UNA BURLA AL CAMPESINO

(El Comité Prodefensa del Idema, conformado en Caquetá por destacadas personalidades, organizaciones sindicales y gremiales del Caquetá, envió el 10 de marzo una carta al presidente de la República. Se publican apartes).

Debe usted saber que en plenas zonas cocaleras del Caquetá hay campesinos sembrando maíz. En estos momentos hay cosechas de este grano en Solano, La Tagua, Solita, Cartagena del Chairá, entre otros. Pero la tragedia de nuestros colonos consiste en que en Florencia se está pagando la carga de maíz a escasos $30.000, cuando hace cuatro meses se pagaba a $60.000. Desde hace año y medio su gobierno no le ha autorizado al Idema de Caquetá ni precios de sustentación ni compras directas de cosechas. Antes bien, está en el proceso de desaparecer esta entidad, y con ella todo asomo de que en forma directa el gobierno intervenga como comprador y vendedor de bienes agropecuarios.

En consecuencia, con su política de «libre comercio», catastrófica para el sector agrario, que entrega maniatada la producción agropecuaria nacional a las importaciones indiscriminadas de alimentos, se ha definido por parte del gobierno nacional, como estrategia para las zonas del Plante, un mecanismo de apoyo a la comercialización de granos secos de maíz, fríjol y arroz, consistente en el pago de los costos del transporte del producto desde el sitio de producción hasta el epicentro comercial, que para el caso del Caquetá es su capital, Florencia. Al Idema sólo se le otorga como función la de abrir una cuenta nacional en la Caja Agraria, para que pague al campesino que haya logrado cumplir con la tramitomanía que le da derecho a un certificado para que se le reconozca el costo del transporte de su cosecha. El precio de la carga será el que exista en el mercado, que como sabemos, será bajo, por ser cosecha. No hay precios de sustentación ni de garantía. El Idema no comprará las cosechas, y su infraestructura, con capacidad para almacenar 60.000 toneladas anuales en el Caquetá, continuará deteriorándose por falta de uso hasta el día en que el gobierno consiga alguien del sector privado que compre a precio de feria o asuma en ventajoso comodato este patrimonio público. En tales condiciones queda claro para el país y para el Caquetá, que lo que pretende el gobierno es desembarazarse de toda intervención de apoyo a la producción agropecuaria, y con ello condenar a zonas apartadas y marginales a la degradación total.

Señor presidente: si todavía está usted por que haya de veras un Caquetá sin coca, demandamos su directa e inmediata intervención para que a través del Idema o de su sustituto, se garantice una presencia estatal vigorosa que fije precios rentables a las cosechas.

Los actuales mecanismos de subsidios en la región, para reemplazar la acción estatal, son una burla al país, a los campesinos y al Caquetá.