LA SOBERANÍA NACIONAL A FINALES DE SIGLO

Enrique Daza

Con este tema se llevaron a efecto, entre el 23 y el 26 de agosto, sendos foros en Bogotá, Cartagena y Medellín.

Para la organización de tales eventos, y bajo la coordinación del Centro de Estudios del Trabajo, Cedetrabajo, participaron además la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Colombia; la Universidad de Antioquia; la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana; la Universidad Cooperativa de Colombia; la Academia de Ciencias Económicas; la Federación de Ingenieros Agrónomos de Colombia y la Universidad del Atlántico.

Los foros fueron instalados, en Bogotá, por el padre Javier Sanín, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Javeriana, y por Enrique Daza, director de Cedetrabajo y de la revista Deslinde; en Medellín, por el rector de !&Universidad de Antioquia, Jaime Restrepo, y en Cartagena, por el vicerrector de la Universidad del Atlántico, Enrique Mesa, y por Fernando Guerra, coordinador de Cedetrabajo en Cartagena

El ponente Manfred Bienefeld, PhD de la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá, se refirió al deterioro de la soberanía nacional a raíz de los programas de ajuste estructural impuestos por las entidades multilaterales de crédito.

James M. Cypher, PhD y decano de la Facultad de Economía de la Universidad de California en Fresno, Estados Unidos, habló sobre los estragos del neoliberalismo en los países del Tercer Mundo.

Raúl Fernández, PhD de la Universidad de California, detalló la nueva política militar norteamericana que busca desarticular los ejércitos de América Latina.

Nicanor León Copayo, periodista y catedrático de la Universidad de la Habana, se refirió a los atropellos cometidos por Estados Unidos en aplicación de la Ley Helms Burton.

Y José Fernando Ocampo, PhD, profesor universitario e investigador de Cedetrabajo, hizo un recuento histórico de la injerencia norteamericana en los asuntos internos de Colombia.

Las siguientes son las palabras de Enrique Daza, director de Cedetrabajo, al instalare! foro en Bogotá el 23 de agosto:

«Ante la ininterrumpida intervención norteamericana en los asuntos internos de Colombia, surgió la idea de realizar el presente foro.

«Mirando un poco hacia atrás, cabe recordar que el nacionalismo en su versión moderna fue la llama que durante el siglo pasado avivó la creación de los Estados europeos y que en Norteamérica sentó las bases de lo que hoy es Estados Unidos. La llamada «primavera de las naciones» liquidó en el terreno político al oscuro medioevo y sustituyó, las más de las veces, la autocracia por las repúblicas parlamentarias.

«En el siglo XX, el nacionalismo de los países desarrollados los llevó al devastador enfrentamiento de la Primera Guerra Mundial. Y la defensa de sus intereses nacionales, más allá de sus fronteras, los convirtió en imperios y sumió a los países atrasados en la opresión colonial y el neocolonialismo.

«De esta forma, los estandartes, idiomas y modos de vida ingleses, franceses y norteamericanos, entre otros, se diseminaron por doquier, en lo que constituyó la reafirmación de las potencias y el menoscabo de los territorios hoy llamados del Tercer Mundo.

«Sin embargo, en medio de miles de peripecias y de grandes transformaciones sociales se constituyeron la inmensa mayoría de las naciones de Asia y África. De esto hace apenas unos cincuenta años.

«Estados Unidos, ayer y hoy, ha sido un vigoroso defensor de sus propósitos nacionales. En nombre de los intereses norteamericanos en peligro, en busca de la protección de sus ciudadanos amenazados, o simplemente en procura de acrecentar su fuerza nacional, ha intervenido política, económica y militarmente a lo largo y ancho del planeta. Varias leyes de protección para sus negocios han sido impuestas acerbamente, aun en territorios distantes. Hoy legisla no sólo para sus ciudadanos sino para que todos acaten sus disposiciones en cualquier lugar del mundo.

«Cuando se habla de la decadencia del nacionalismo, de la desaparición de la soberanía dentro de un mundo globalizado, nadie habla de la desaparición del nacionalismo norteamericano, hoy más agresivo que nunca.

«Se insiste en la decadencia del nacionalismo de los pobres, y se olvida el afán nacionalista en Francia, que estalla bombas atómicas en las barbas del Tío Sam. Se aplasta al nacionalismo serbio y se ataca como pasado de moda el de los países africanos, mientras se elogia el esfuerzo japonés para que su nación tenga una importancia política acorde con su fuerza económica.

«En el mundo actual, tan globalizado como fragmentado, el campeón de la lucha contra la soberanía de los países pobres es Estados Unidos. Quiere un mercado homogéneo, sistemas políticos y económicos atados al suyo, la facultad de hacer y deshacer. Pero como la humanidad de hecho está agrupada, desde Washington se procura que las formas de asociación sean pequeñas, «descentralizadas», «autónomas» y manejables. Su nación se reserva el derecho a la fortaleza y a la iniciativa a escala mundial.

«El nacionalismo norteamericano, o si se quiere, en el término que ha recobrado vigencia, el imperialismo norteamericano, pretende imponer una forma de vida y de economía que no ha proporcionado felicidad ni dignidad siquiera a sus propios habitantes. Para esto vale todo: intervención militar, guerra contra las drogas, campañas contra la corrupción, defensa del ambiente, generalización de programas de ajuste y mil cosas más. Lo único que no le sirve a la superpotencia es que los países pobres aúnen esfuerzos, desarrollen sus economías, caminen en sus propios pies, escojan libremente su destino, no se sometan a una división desigual del trabajo y hagan valer los precios de sus productos. Si todas las naciones adoptaran una política de igualdad y fraternidad como la que debe regir las relaciones entre las personas, ésta sería la verdadera vía hacia la paz y el desarrollo. La imposición, la arrogancia, el chantaje y la sumisión, sólo pueden ser motivo de nuevas y mayores contradicciones.

El contexto de esta problemática y su incidencia en Colombia, es el propósito de este Foro. Cedetrabajo quiere, al instalarlo, agradecer a todas las personas que lo hicieron posible, especialmente al padre Javier Sanín, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana, y a los doctores Germán Umaña, decano de Economía de la Universidad Nacional, Jaime Restrepo, rector de la Universidad de Antioquia, Raúl Alameda, secretario de la Academia de Ciencias Económicas, Tobías Correa, presidente de la FIAC, y a Raúl Fernández, de la Universidad de California, quien desde Estados Unidos coordinó la visita de los distinguidos profesores visitantes. Y a muchos otros que sería largo enumerar.