«¡COMUNISTA AUTÉNTICO, DIRIGENTE PROBADO E INCANSABLE FOGONERO DE LA REVOLUCIÓN!»

(Apartes del comunicado oficial del Comité Ejecutivo Central del MOIR, emitido el día 6 de septiembre de 1980 en Bogotá y leído por el camarada Otto Ñañez en Ipiales)

“Heraldo Romero nació en El Tambo, Cauca, el 9 de enero de 1948. Se radicó en Ipiales desde temprana época e hizo allí sus primeros estudios. Pasó luego a la Universidad de Nariño, donde en 1973 se graduó de abogado”.

Desde 1968 se vinculó a la construcción del MOIR, asistiendo en septiembre de 1969 a su Encuentro de Fundación. En 1973 fue nombrado secretario del Comité Regional de Nariño.

Puede afirmarse que no hubo en este departamento lucha importante en la que no participara el camarada Romero con una posición consecuente. Dirigió la pelea que libró el pueblo nariñense en junio y julio de 1969, la más amplia, vigorosa e intensa de las que se hayan dado en esa región, por energía eléctrica y otras reivindicaciones.

Encabezó en 1971 la batalla del estudiantado por una cultura nacional y científica al servicio del pueblo, y estuvo entre los fundadores de la Juventud Patriótica (JUPA). También en 1971 tomó parte activa en la contienda por la refinería, que unificó al departamento en contra de la Texas Petroleum Company.

A partir de 1974 resultó elegido en varias ocasiones concejal por Pasto e Ipiales. Condujo los movimientos cívicos llevados a cabo en mayo y junio de 1978 por la ciudadanía de Ipiales. Puesto preso por el ejército durante los enfrentamientos del 3 de mayo en esa población, debió ser liberado ante las voces de protesta de unas diez mil personas, que en hombros lo llevaron hasta la plaza. Nombrado por la misma época presidente del Comité Departamental Pro-Reivindicaciones de Nariño, dirigió el aguerrido paro cívico del 25 de junio en Pasto. Detenido, y otra vez condenado por el gobierno departamental a seis meses de arresto, la presión popular logró sacarlo de la cárcel a los treinta y dos días.

“El MOIR destaca en el camarada Heraldo Romero al auténtico y ejemplar comunista, al probado dirigente del pueblo, al incansable fogonero de la revolución, al pionero de nuestra construcción partidaria y, en suma, al hombre de coraje y al cabal combatiente”.