Álvaro Morales Sánchez
Con la participación de 743 delegadas y la presencia solidaria de varias delegaciones internacionales, el 2 y 3 de noviembre se realizó en Bogotá el IV Congreso Nacional de la Mujer Trabajadora convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, CUT.
El evento se inició con dos horas de retraso debido al atropello de que fueron víctimas varios dirigentes del movimiento sindical internacional que tenían previsto participar. Por orden del gobierno, agentes de inmigración del DAS les impidieron el ingreso al país y ordenaron la deportación inmediata de Víctor Báez, secretario general de la ORIT; Cameron Duncan, secretario general de la Internacional de los Servicios Públicos; Rodolfo Benítez, secretario general de la Internacional de los Servicios y Antonio Rodríguez, secretario general de la Internacional del Transporte. Algunas de las dirigentes de España, Francia y Gran Bretaña fueron retenidas por varias horas en el aeropuerto, amenazadas con calabozo al protestar por el atropello y conminadas a presentarse en la Cancillería.
Pese al comportamiento fascista del gobierno de Uribe Vélez, que llega a estos extremos en el afán de aislar a los trabajadores colombianos de la solidaridad del movimiento sindical mundial, las participantes en el Congreso de la Mujer analizaron la grave situación por la que atraviesa la clase obrera y en particular la población laboral femenina y definieron el plan de acción y las propuestas organizativas.
Las reformas que presentó a discusión del Congreso de la República en materia pensional, tributaria y de la justicia, la negociación del TLC con Estados Unidos, la violación de las libertades ciudadanas y los derechos democráticos y las pretensiones reeleccionistas de Uribe Vélez, fueron temas centrales en las deliberaciones.
Declaración política
La declaración política aprobada por unanimidad caracterizó la ofensiva de Estados Unidos sobre los pueblos del continente como de recolonización imperialista, lanzada con la sumisa complacencia en nuestro país del gobierno de Uribe Vélez.
La declaración señala textualmente: «El futuro de Colombia está en juego con la firma del Tratado de Libre Comercio que no solo expropiará los bienes económicos y los recursos naturales del país, sino que pondrá en manos de los Estados Unidos el destino de todos los asuntos de la vida de colombianos y colombianas, significando la entrega de la Nación entera».
El Congreso de Mujeres denunció: «Colombia ha visto impávida como se acalla la voz y se siega la vida de dirigentes sindicales y líderes sociales, se vulneran los derechos democráticos, se esquilma el bolsillo de colombianas y colombianos con impuestos regresivos, se le niega a millares de infantes y jóvenes el derecho a la educación y a la salud, millones de mujeres y hombres hacinados y hambrientos no conocen un solo derecho que los haga sentir ciudadanos, parecen condenados a soportar la ignominia impuesta por las políticas neoliberales».
Precisó: «Las mujeres trabajadoras hemos enfrentado el recorte sistemático de los derechos laborales, la pérdida del empleo y en consecuencia nos hemos echado en hombros responsabilidades familiares, porque allí donde no queda cesante una mujer es al compañero a quien le toca afrontar esta situación, enfrentamos la violencia intrafamiliar, el desplazamiento y soportamos las consecuencias de la guerra. Nuestros hijos e hijas miran con incertidumbre el mañana». El Congreso constató los niveles de empobrecimiento y exclusión femenina, sobre todo en las áreas de empleo, educación, salud, sector agrario y formal y señaló: «Trabajamos por la construcción de un modelo económico basado en la justicia social, en la defensa de la producción, el trabajo, en la solidaridad y la soberanía nacional».
Reconociendo la importancia que ha tenido el proceso de unidad de acción, la declaración política señaló: «El Congreso hace un llamado a todas las trabajadoras y mujeres del movimiento social a fortalecer la Gran Coalición Democrática, como escenario para la defensa de los intereses nacionales y la movilización como expresión de resistencia civil contra las medidas de gobierno, asumiendo como objetivos del Plan de acción de los cinco ejes».
Este IV Congreso de la Mujer Trabajadora de la CUT estuvo precedido de cerca de treinta encuentros regionales y sectoriales en los que se discutieron más de cincuenta ponencias. Las coincidencias fueron consignadas en un solo documento para las Comisiones de trabajo que sesionaron en el Congreso. Este proceso de discusión amplia y democrática fue posible gracias a que en el Comité Ejecutivo de la CUT se logró un acuerdo unánime encaminado a garantizar que el trabajo de la mujer de la Central se fortaleciera con la participación de todas las fuerzas políticas.
Las tesis del MOIR en relación con el trabajo político entre la población femenina fueron adecuadamente representadas por una nutrida delegación encabezada por María Victoria Forero, presidenta del Sindicato del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, quien estuvo como moderadora del Panel sobre Libre Comercio y su Impacto sobre las Mujeres y fue ponente en el Panel sobre la Mujer y los Movimientos Sociales.