OLEADA DE PAROS POPULARES

El Bordo
Con la obstrucción total al tráfico de la carretera Panamericana, el pueblo de El Bordo, Cauca, inició el pasado 3 de abril un movimiento para exigir la rebaja en las tarifas de energía que cobra Cedelca, y el restablecimiento del servicio de agua, suspendido quince días antes.

En las horas de la tarde, cuando el gobernador llegó a un acuerdo con los Comités Cívico y Estudiantil, se organizó una manifestación por las calles del municipio. Un piquete de soldados cargó contra la multitud, provocando una violenta pedrea. En la refriega resultó muerto de un balazo el compañero Rafael Ramírez y más de treinta personas que quedaron retenidas, fueron torturadas por la tropa. El compañero Hernán Rodríguez, presidente del Comité Cívico y ex concejal del MOIR, tuvo que ser trasladado de urgencia a Popayán, con graves lesiones en la columna vertebral y en la cara, luego de haber sido brutalmente golpeado por los militares.

Los actos electorales programados para el día siguiente por el Frente por la Unidad del Pueblo, se suspendieron en señal de duelo y se convocó a toda la población al sepelio del compañero Ramírez. En el entierro se hizo presente Jaime Piedrahita Cardona, candidato presidencial del FUP, quien estuvo acompañado de dirigentes populares de la región.

En Zaragoza
El pasado 1° de abril, los habitantes del corregimiento de Zaragoza, ubicado a 5 kilómetros de Cartago, Valle, paralizaron durante siete horas la circulación de la carretera central, levantando barricadas y quemando llantas y palos. Con estas acciones exigían el suministro adecuado de agua potable, ininterrumpido un mes atrás por el daño de una motobomba.

Piedecuesta
Con mítines, manifestaciones, incendios y pedreas, respondió el pueblo de Piedecuesta al reajuste hecho por Emposan a las tarifas del acueducto. En la noche del 9 de mayo, iracundos ciudadanos, que se habían tomado las calles para rechazar los aumentos, apedrearon las oficinas del Banco de Bogotá y Telecom y se tomaron las instalaciones de Emposan. Con los archivos, las sillas, los muebles y las máquinas de escribir, las gentes hicieron una enorme hoguera en plena vía pública.

Aunque las autoridades implantaron la ley seca y el toque de queda y detuvieron más de 20 personas, la población dio a entender que no está dispuesta a tolerar el atraco oficial.

Salamina
El 27 de abril, los habitantes de Salamina, Caldas, realizaron un vigoroso movimiento de protesta contra el alza en las tarifas del acueducto y como rechazo a la pretensión de Empocaldas de cobrarles a los usuarios la instalación de medidores de agua. Los comerciantes no abrieron sus almacenes, los planteles educativos suspendieron labores y el Sindicato Único de Trabajadores al servicio del municipio se sumó al cese Durante la mañana, se produjeron choques con la fuerza pública, cuando esta trató de impedir que más de tres mil manifestantes se congregaran en la Plaza de Bolívar. Gracias a la enérgica actitud de la ciudadanía, la empresa se comprometió a que ni el valor de los medidores ni su instalación serían cargados al público.

San Carlos, Antioquia
El suministro insuficiente del fluido eléctrico, las alzas escandalosas en las tarifas, la falta de profesores para el liceo y la pésima dotación del hospital, fueron las causas para que en San Carlos, Antioquia, estallara un paro cívico el pasado 20 de febrero. En solidaridad, la mayoría de establecimientos comerciales cerró sus puertas y los transportadores retiraron los buses, mientras que centenares de personas se arremolinaban en la plaza principal para escuchar las arengas de los dirigentes del movimiento. Pese a la decisión oficial de implantar el toque de queda, las gentes permanecieron en el parque para exigirle al gobierno la solución de sus problemas. La tropa enviada desde Medellín arremetió contra las masas, dejando un saldo de varios heridos y más de cincuenta detenidos, incluidos los integrantes del comité organizador. La ciudadanía sólo levantó el paro cuando los compañeros fueron excarcelados.

Santander de Quilichao
El pasado 19 de enero, el pueblo de Santander de Quilichao, Cauca, se enfrentó corajudamente a la policía y al ejército, se tomó las calles con mítines y desfiles y paralizó los bancos, el comercio, la galería, Telecom y la Caja Agraria. El cese fue promovido en señal de repudio a las escandalosas alzas de tarifas que han efectuado las Centrales Eléctricas del Cauca (Cedelca) y las empresas de transporte intermunicipal, como también para exigir del gobierno el pago de cinco sueldos atrasados a los maestros del colegio de bachillerato Fernández Guerra y la remoción del rector del Instituto Técnico Industrial. El movimiento cívico contó desde su comienzo con el respaldo de los vecinos municipios de Villarrica, Caloto y Mondomo.

Al alba, las gentes bloquearon la carretera Panamericana hacia Cali, la vía a Popayán y la ruta a Caloto con piedras, llantas ardiendo, troncos y vallas metálicas. En los barrios se conformaron brigadas para enfrentar la agresión del régimen, que no se hizo esperar. Durante los choques fue herido de un disparo el compañero Carlos José Carvajal, de 16 años, y numerosas personas quedaron detenidas. Los desórdenes continuaron hasta la madrugada del viernes 20, no obstante haberse decretado el toque de queda.

Túquerres
Enardecidos por el aumento del 400 por ciento en las tarifas de energía eléctrica, los habitantes de Túquerres, Nariño, protagonizaron un agresivo paro en que las gentes se tomaron las instalaciones del municipio, le hicieron frente a los refuerzos militares enviados desde Pasto, obtuvieron la libertad de todos los detenidos en el movimiento y obligaron a que Centrales Eléctricas de Nariño, Cedenar, entraran a negociar con un Comité Cívico.

A partir del 12 de febrero quedaron bloqueadas todas las vías que conducen a la localidad y las actividades comerciales fueron suspendidas. El día siguiente, al término de una concurridísima concentración, la Fuerza Disponible arremetió contra la ciudadanía, lo que produjo violentos enfrentamientos que obligaron a los uniformados a buscar refugio en el cuartel de la policía. Piquetes de la tropa emboscaron a varios compañeros en el sitio El Pedregal, sobre la carretera Panamericana, los golpearon de manera salvaje y los llevaron presos a la capital del departamento. Entre los arrestados figuraban Segundo Eliécer Bacca, dirigente local del MOIR, Hugo Bacca y Medardo Revelo, profesores del colegio, y el comandante del Cuerpo de Bomberos.

Mientras tanto, nuevos combates se llevaban a cabo en Túquerres. Las masas rodearon el cuartel y consiguieron poner en libertad a ocho personas. Los cuatro dirigentes detenidos en Pasto también quedaron libres.

Yumbo
Yumbo, situado a 20 minutos de Cali, se convirtió en campo de batalla cuando sus habitantes se levantaron contra la corrompida administración municipal. En la tarde del 24 de enero, más de mil personas se concentraron en el Parque Belalcázar para exigir la destitución del alcalde y del rector del Colegio Mayor, el pago de salarios atrasados a los maestros y trabajadores oficiales y para protestar contra las alzas en el transporte interurbano.
Ante las provocaciones de la fuerza pública se desencadenaron violentos disturbios en los que fueron apedreadas las instalaciones de la Alcaldía y la Defensa Civil. Un policía asesinó por la espalda al compañero Alberto León Valencia, de 18 años, lo que obligó a que se implantaran la ley seca y el toque de queda. Temerosas, las autoridades no permitieron que el cadáver fuera enterrado en el pueblo. Muchos de los 40 detenidos denunciaron cómo la tropa los turnaba, obligándolos a pararse descalzos sobre los restos de llantas incendiadas. Sin embargo, la ley marcial fue continuamente violada: la muchedumbre bloqueaba las vías y los enfrentamientos continuaron durante el 25 y 26. Debido a esta vigorosa protesta popular, el rector tuvo que renunciar y el gobierno departamental se comprometió a cubrir los sueldos adeudados.