En la madrugada del 12 de mayo estalló en La Ceja, Antioquia, un paro general promovido por el Comité Cívico Estudiantil, para exigir tanto la ampliación del Instituto Departamental Bernardo Uribe Londoño como la contratación de más personal docente.
Las gentes sencillas de La Ceja bloquearon las carreteras con troncos, llantas incendiadas, rocas y ramas. Incapaz de controlar una manifestación de 1.500 personas, la policía disparó sus armas contra los cejeños. Unas veinte personas resultaron heridas, entre ellas el estudiante Rodrigo García García.
La multitud arremetió contra la fuerza pública y barrió a piedra las instalaciones de la Tesorería, el juzgado, el estanco y las Empresas Departamentales. A pesar del toque de queda impuesto a la una de la tarde, feroces combates entre la población y los uniformados se libraron hasta pasadas las diez de la noche
Al día siguiente, en una avalancha represiva, más de cien personas fueron detenidas. Allanamientos, arrestos, palizas y maltratos son las soluciones que el gobierno ofrece a los explotados. Pero con esta explosión de cólera se abrió una nueva página en la historia de la población. La Ceja no seguirá tolerando más atropellos.