Una asamblea popular de Puerto Berrío determinó la realización de un paro cívico de 24 horas para el 31 de mayo, como rechazo a la negligencia del gobierno en el nombramiento de profesores para el Liceo Idem, a las continuas alzas en las tarifas de los pésimos servicios públicos y en solidaridad con los trabajadores del Hospital de la Cruz, a quienes el gobierno no ha solucionado el pliego de peticiones presentado hace más de un año.
La carretera a Medellín quedó totalmente bloqueada y los estudiantes se tomaron las instalaciones del Liceo. Durante todo el miércoles, la población entera se enfrentó al ejército que de manera provocadora había hecho descargas de fusil contra la muchedumbre y bombardeó a piedra las instalaciones de la alcaldía, la tesorería, la personería, los juzgados de menores, Telecom, el Inderena, el cuartel de policía y por algunos minutos se tomó la radioemisora local, desafiando el toque de queda.
En el lugar llamado Pasonivel, ferroviarios y porteños obstruyeron la carrilera levantando rieles y polines y reforzaron la barricada con láminas de hojalata y piedras, suspendiendo el tráfico entre la costa atlántica y el interior.
El jueves, el ejército allanó el barrio obrero Milla Uno y efectuó más de cien detenciones, incluyendo al corresponsal de Tribuna Roja. Aunque 18 personas fueron condenadas a pagar entre 30 y 60 días de cárcel, la solidaridad popular con los detenidos obligó a las autoridades a ponerlos en libertad antes de cumplir sus arbitrarias condenas.