En contundente debate, el concejal del MOIR, Carlos Bula, demostró que el racionamiento de energía, las altas tarifas que se obliga a pagar a los usuarios y el servicio deficiente que se les brinda, son el producto de la entrega de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá al imperialismo norteamericano, de la corrupción que la corroe y del mal manejo técnico.
Denunció que entre 1976 y 1983 las tarifas del servicio de energía en Bogotá aumentarán en la escandalosa proporción del 894%, en el caso del consumo residencial mínimo, y del 1.100% en el consumo industrial, lo cual incidirá en más alzas de precios, en el desbordamiento de la inflación y en el empobrecimiento de las masas.
Finalmente, recordó que en diciembre de 1975, la deuda externa de la Empresa de Energía llegaba a 3.291 millones de pesos. Esta suma aumenta con el tiempo, convirtiéndose en insoportable carga para el pueblo.