Legado de Mosquera: «EN LAS ELECCIONES, DESENTRAÑEMOS LAS CONTRADICCIONES DE CLASE»

(Apartes de la entrevista al camarada Francisco Mosquera realizada por Cristina de la Torre en marzo de 1976 y publicada en Cuadernos de Alternativa, No. 3. Fue reproducida por Tribuna Roja, No. 24, diciembre de 1976.)

Pregunta. Con qué métodos participa el MOIR en la campaña electoral y cuáles son las principales experiencias recibidas a través de esta forma de lucha ?

Francisco Mosquera. El MOIR participa en la lucha electoral con el supremo criterio de contribuir a desembotar la conciencia de las masas y hacer más clara y comprensible la lucha de clases que subyace en las manifestaciones y actividades de la sociedad colombiana. La oligarquía dominante, como los explotadores en todos los tiempos, desata la más sórdida, cruel y sistemática lucha contra los explotados, pero, hipócrita y cobarde por naturaleza, se empeña a la vez en encubrir, mistificar y desfigurar esta lucha a los ojos de sus contradictores de clase. Mientras engaña, persigue y golpea con saña a las masas trabajadoras, la minoría detentadora del Poder no tiene la menor vergüenza de presentarse como protectora y benefactora de las grandes mayorías populares. Nuestro primer deber consiste pues en correr el velo que envuelve las contradicciones de clase y lograr que éstas puedan ser desentrañadas y entendidas diáfanamente por millones de personas. En primer lugar para que la clase obrera, y con ella el resto de las clases sojuzgadas de Colombia consiga identificar a sus verdaderos enemigos y los ardides y tretas de éstos. Y para que el proletariado, partiendo de esta base, se ponga en condiciones de organizar sus fuerzas y la de sus aliados en las múltiples batallas por la liberación nacional y la revolución democrática.

Arrancar el antifaz al mentiroso gobierno del «mandato claro» ha sido nuestra principal preocupación en esta campaña electoral. Hacer consciente que el señor López Michelsen en el Poder es el continuismo, o sea, la prolongación de la coalición liberal-conservadora proimperialista, antinacional, antipopular y antidemocrática que viene esquilmando a la nación y empobreciendo al pueblo. Que quienes traten de enmascarar por uno u otro medio esta cruda realidad terminarán haciéndole compañía a los vendepatria y traidores. Que sólo una línea consecuente de unidad de todas las fuerzas revolucionarias y patrióticas, dirigidas tanto contra el sistema en general como contra el régimen lopista que lo representa concretamente, ganará el respaldo entusiasta de las masas populares de la ciudad y del campo. Y efectivamente la consigna central de «contra el mandato de hambre a la carga», lanzada por nuestro Partido para la campaña electoral, compendia y recoge los deseos de combate de los sectores mayoritarios de la población colombiana que en carne propia padecen los catastróficos resultados de la política oficial. La gran prensa y reconocidos personajes de los partidos tradicionales se han quejado ya por la propaganda de descrédito emprendida por el MOIR contra el gobierno.

En todo caso la consigna constituyó un acierto, como será siempre conducente recoger la tradición de lucha de nuestro pueblo. Cuando exaltamos, por ejemplo, el emblema inmortal de los comuneros del siglo XVIII, «Unión de los oprimidos contra los opresores», y que bien puede ser el lema de la lucha de nuestros días, no quiere decir que acojamos el punto de vista ni las concepciones de los revolucionarios de aquella época. Sabemos como nadie en Colombia que no obstante caracterizar la actual revolución como una revolución de liberación nacional, democrático-burguesa, realizada por la alianza de todas las clases revolucionarias, es exclusivamente la clase obrera y su ideología invencible, el marxismo leninismo, el factor dirigente de la misma. En síntesis, la índole de los ataques contra la táctica revolucionaria y unitaria planteada por el MOIR para el actual periodo, así como la procedencia de esos ataques, prueban la justeza de nuestra posición política.

Resuelta la cuestión de la orientación y objetivos políticos de la campaña, se coloca en primer plano el problema de la vinculación a las masas. Aunque el continuismo ha tomado las máximas precauciones para impedir la libre concurrencia en estas elecciones de los partidos y movimientos opuestos a las corrientes afectas al régimen, como la del sostenimiento del estado de sitio, las fuerzas revolucionarias deben realizar todos los esfuerzos necesarios para extender sus efectivos y llegar a sitios y sectores de masas a donde en otras circunstancias sería dificultoso hacerlo. Esto no significa que si no hay elecciones el partido revolucionario de la clase obrera no arribaría a esos sitios y a esos sectores. Simplemente señalamos que, en el actual periodo de construcción del Partido, aprovechamos una ocasión propicia, el debate electoral, para lanzar la red hasta donde nos alcancen las energías. Después vendrá la recogida y consolidación del trabajo. La efectividad de esta tarea estriba obviamente en la adecuada distribución orgánica de las escasas unidades con que contamos. Después de la línea política, lo más importante son unas correctas medidas organizativas. De estos dos aspectos depende el acercamiento y la estrecha conexión con las masas y sus luchas. Ya un partido obrero apertrechado de una línea política correcta, con un estilo de trabajo revolucionario y vinculado íntimamente a las masas y sus luchas no habrá quien pueda destruirlo.

Finalmente, la labor de propaganda y agitación es un flanco que requiere la mayor atención. Sin ella muy poco podríamos avanzar. Existe un obstáculo enorme que debemos superar: la falta de recursos. Nuestro Partido se apoya exclusivamente en sus propias fuerzas y en las fuerzas de las masas. Pero en la actualidad el MOIR sigue siendo un partido pequeño, en gestación, y su arraigo en los amplios sectores del pueblo es aún incipiente. Para subsanar estas deficiencias hemos puesto la caldera a funcionar a todo vapor. Que no haya un militante ni un simpatizante del MOIR que no contribuya con su tiempo disponible y los recursos materiales mínimos a la campaña electoral.

Hemos concentrado las tareas de propaganda y agitación en tres instrumentos principales: 1) En nuestro órgano Tribuna Roja, para el cual elaboramos un plan especial de periodicidad y de aumento de tiraje. Ésta ha sido la más eficaz herramienta de difusión de nuestra línea, de información de nuestra actividad electoral y de aglutinación y organización en la etapa de expansión en que nos encontramos. Los frutos hasta el presente son satisfactorios. Hemos logrado sacar cada quince días 300 mil ejemplares de Tribuna Roja y sostenerlo con la sola venta. 2) En la programación de una gira nacional que pretende cubrir el mayor número de capitales, municipios y veredas. La directiva al respecto insiste en que todos los actos electorales del MOIR han de realizarse en plazas públicas y lugares abiertos, no importa que las manifestaciones y mítines no sean siempre nutridos. Esto con el propósito de movilizar la mayor cantidad de gentes posible. A pesar de las prohibiciones de varios alcaldes para efectuar las demostraciones públicas, en la mayoría de los casos hemos conseguido reunir en lugares abiertos buena proporción de personas, si se compara con el fracaso de los partidos tradicionales y se tiene en cuenta el escaso desarrollo del MOIR. Notamos en el grueso de los participantes en dichos actos una gran expectativa por las ideas revolucionarias y su actitud fundamental es la de escuchar los nuevos planteamientos. Y 3), en la propaganda mural. Éste ha sido el otro instrumento agitacional usado con especial esmero por nuestro Partido. Con medios de fácil acceso y utilización como la pintura mural, las tiras largas producidas en screen y colocadas en paredes visibles y los carteles con la imagen de nuestros dirigentes y candidatos, hemos hecho sentir la presencia del MOIR en la contienda electoral.