¡GLORIA ETERNA AL CAMARADA MAO TSETUNG!

“ Para asegurar que nuestro Partido y nuestro, país no cambien de color, debemos no sólo tener una línea y política correctas, sino también preparar y forjar decenas de millones de continuadores de la causa revolucionaria del proletariado.

El problema de prepara continuadores de la causa revolucionaria del proletariado, en el fondo, se trata de si la causa revolucionaria marxista – leninista iniciada por los revolucionarios proletarios de la vieja generación tiene quien la siga llevando adelante, si la dirección de nuestro Partido y Estado seguirá en manos de los revolucionarios proletarios, si nuestros descendientes continuarán marchando adelante por el correcto camino trazado por el marxismo – leninismo, o sea, si podemos precavernos con éxito contra una repetición del revisionismo de Jruschov en China. En una palabra se trata de un problema importantísimo que afecta al destino y a la misma existencia de nuestro Partido y nuestro Estado. Se trata de un problema de importancia fundamental para la causa revolucionaria del proletariado para cien, mil e incluso diez mil años. Inspirados en los cambios operados en la Unión Soviética, los augures imperialistas ponen su esperanza de la ‘evolución pacífica’ en la tercera o cuarta generación del Partido chino. Hemos de hacer fracasar completamente este vaticino imperialista. Tenemos que prestar atención, de arriba abajo, amplia y constantemente, al problema de preparar y forjar continuadores de la causa revolucionaria.

¿Qué requisitos tienen que poseer los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado?
Deben ser verdaderos marxistas – leninistas y, no ser, como Jruschov, revisionistas bajo el rótulo del marxismo – leninismo.

Deben ser revolucionarios que sirvan de todo corazón a la inmensa mayoría de las masas populares de China y del mundo y, no servir, como Jruschov, a los intereses de una exigua capa social burguesa privilegiada en el país, y a los intereses de los imperialistas y reaccionarios en el terreno internacional.

Deben ser políticos proletarios capaces de unirse a la inmensa mayoría para trabajar con ella. Deben saber unirse en el trabajo no sólo con los que compartan sus opiniones, sino también con los que mantengan opiniones diferentes, así como con aquellos que se haya opuesto a ellos y que la práctica les haya probado sus errores. Sin embargo, deben mantener especial vigilancia contra los individuales ambiciosos y conspiradores como Jruschov y evitar que tales malvados usurpen la dirección del Partido y del Estado a ningún nivel.

Deben ser ejemplares en la aplicación del centralismo democrático del Partido, dominar el método de dirección basado en el principio de ‘de las masas, a las masas’, cultivar un estilo democrático de trabajo y escuchar la opinión de las masas. No deben violar el centralismo democrático del Partido, ni ser despóticos, ni organizar ataques sorpresivos a los camaradas, ni desentenderse de razones, ni tampoco practicar la autocracia, como lo hace Jruschov.
Deben ser modestos y prudentes, guardarse de la arrogancia y de la precipitación, estar provistos del espíritu autocrítico, ser valiente en corregir las deficiencias y errores en el trabajo. No deben en absoluto ocultar sus errores, atribuirse todos los méritos a sí mismo e imputar todas las culpas a otros, como lo hace Jruschov.

Los continuadores de la causa revolucionaria del proletariado nacen de la lucha de masas y crecen en la prueba de las grandes tempestades revolucionarias. Se debe comprobar y discernir a los cuadros y seleccionar y formar a los continuadores en el largo curso de la lucha de masas”.
Mao Tsetung