Con el pretexto de encarar la “escalada subversiva”, el mandato de hambre ilegalizó el paro nacional de los educadores del 25 de marzo, suspendió las personerías jurídicas de Fecode, Aceinem, Andepet y Acpes, rompió toda negociación sobre el pliego petitorio, destruyó a los más reconocidos dirigentes y sancionó a centenares de maestros utilizando el decreto 528. El comité ejecutivo y la junta nacional de Fecode reiteraron, sin embargo, el cese de actividades para el 6 y 7 de abril, como respuesta a la escalada represiva del régimen liberal–conservador. A lo largo y ancho del país, los institutores repitieron en esos días las consignas de lucha aprobadas por el 23º Pleno Nacional y coreadas durante el exitoso para de finales de marzo.
Un momento al engaño
Una furiosa campaña de mentiras fue desatada por la gran prenda en los últimos quince días contra el pujante movimiento de los educadores. Amontonando una calumnia tras otra, la publicidad oficial tendió un oscuro manto de silencio sobre el hecho más significativo: nunca aportó el gobierno ninguna solución a las mínimas aspiraciones del magisterio contempladas en el pliego único nacional, pese a que las negociaciones se dilataron por espacio de cinco meses. La presa oligárquica se limitó tan sólo a martillar incesantemente que “estaba en marcha un plan subversivo para derrocar al gobierno”, preparando en esa forma opinión pública para el garrote y la bayoneta, con los cuales contestó, como siempre, el régimen continuista a las justas peticiones de los institutores.
Hasta el 8 de abril, había más de 500 maestros sancionados (entre ellos 14 directivos nacionales de Fecode y cuatro rectores) y 10 detenidos. Se supo que continuaba encarcelado en Valledupar el compañero Luis Cadena.
Combativas movilizaciones
Conocidos los balances del movimiento del 6 y 7 de abril, Fecode hizo saber que la orden de paro fue acatada por un gran porcentaje del magisterio. Particularmente combativas resultaron las movilizaciones de los educadores de Santander, Risaralda, Caquetá, Sucre, Boyacá, Bolívar, Meta, Magdalena, Cesar y Arauca, donde la participación fue total o casi total. En Antioquia, más del 50 por ciento de las escuelas de primaria, 8 liceos, incluido el Marco Fidel Suárez, el Más importante del departamento, y varios politécnicos, se sumaron a la jornada, desafiando toda suerte de amenazas. A su vez, se conoció que en el Distrito, más del 50 por ciento de los educadores se congregó en asambleas permanentes, efectuando el 7 de abril marchas y mítines por el centro de la ciudad. Según la denuncia pública formulada por Fecode, fueron detenidos en el transcurso de estas tareas dos directivos de Ade y existe orden de captura contra otros miembros de la junta. El Inem del barrio Kennedy fue también escenario de agudos enfrentamientos entre la fuerza pública y los estudiantes, apoyados por maestros y padres de familia. Vale destacar que, en muchos casos, estos últimos se convirtieron en factor decisivo para la materialización del cesa de actividades, con su presencia activa en apoyo a las tareas acordadas.
“La reforma educativa, garantizada con el estado de sitio, pretende convertir a las escuelas, colegios y universidades, en sitios donde se imponga la ideología oscurista de las clases dominantes”, denunció un comunicado de Fecode al haber el balance de la jornada. Empero, el magisterio mantienen viva la llama del combate, por una cultura nueva, nacional y científica al servicio del pueblo, y por un nuevo Estado, soberano y próspero, de obreros, campesinos, intelectuales y demás explotados.