(Mensaje que el 12 de abril la dirección del MOIR le envió a Luis Eduardo Garzón y, por su conducto, al Frente Social y Político)
Hace casi un año sostuvimos con usted conversaciones en torno a su propuesta de conformar un frente que fuera alternativa a la grave crisis social y política que enfrenta la nación. De entrada aparecieron importantes coincidencias, entre ellas la defensa de nuestra soberanía, el combate contra la apertura y el neoliberalismo, incluidas las variantes reformistas que hoy se predican pretendiendo remozarlo, el respaldo a la producción nacional y la salvaguarda de los intereses y derechos de las gentes laboriosas. Todas estas coincidencias se apuntalaban en el hecho de que usted, en su calidad de presidente de la CUT, tiene como base social de su actividad a un buen número de organismos sindicales, mientras que nosotros, en razón de nuestra naturaleza política, tenemos como columna vertebral de nuestro trabajo a la clase obrera. Emprendimos entonces bajo su coordinación una serie de reuniones y actos con un conjunto de organizaciones políticas y sociales dispuestas a participar en la conformación del Frente Social y Político.
Convencidos de que este Frente debía constituirse en un polo generador de firme resistencia a las políticas prevalecientes, insistimos en dichas reuniones en que, junto a la indispensable solución de otros aspectos, se discutiese y acordase un documento que le sirviera de eje programático. Para que este fuera un manifiesto político sólido y orientador, era necesario que señalara como tarea principal liberar a la nación del actual proceso de nueva colonización a que la tiene sometida el gobierno de los Estados Unidos. Como lo expresamos en nuestra propuesta de Plataforma de Lucha para el Frente: «La creciente intervención norteamericana en lo económico, político y militar, se ha convertido en el principal factor que deforma nuestra economía, debilita la nación, amenazando con su desintegración, agudiza la violencia y asegura la permanencia en el poder de una minoría antinacional que conduce la nación hacia el precipicio».
Al respecto viene al caso resaltar la armonía que con las anteriores consideraciones guardan los conceptos que aparecen en la declaración titulada 16 de Marzo, Jornada Nacional contra las Reformas Neoliberales emitida por usted, a nombre de la CUT, con dirigentes de las otras centrales sindicales. Allí se expresa que los propósitos reaccionarios del gobierno pastranista en una gama de asuntos claves para la población «contravienen el interés nacional y solo obedecen los dictámenes de Washington estipulados en el Acuerdo Extendido de Colombia con el Fondo Monetario Internacional y en el Plan Colombia, compromisos que se pretenden legitimar bajo las banderas de la paz y la erradicación del narcotráfico”. Más adelante denuncia que «dentro de los citados compromisos con el gobierno de Washington», se dispone una política de gasto público «consistente en poner a todo el país a trabajar exclusivamente para un sector financiero controlado cada vez más por manos extranjeras». Por último califica la actuación del gobierno como «la renuncia permanente a hacer valer el interés y la voluntad soberana de la nación sobre las pretensiones de los inversionistas y el gobierno del norte».
Es obvio que si en el marco de denuncias y reivindicaciones sociales, este es el talante y el modo que correctamente se adopta en un comunicado público de las más importantes organizaciones sindicales del país, con mayores veras debe poseer rasgos antiimperialistas concretos y categóricos lo que se exprese en la declaración política de una agrupación que se propone asumir liderazgo en el cambio radical de las estructuras económicas y políticas de nuestra patria.
Pero a pesar de nuestro perseverante esfuerzo, no fue posible que la dominación ejercida desde Washington -causa mayor de los males que experimenta la nación y cuyas manifestaciones evidentes relevan de cualquier demostración teórica ya que se encuentran en todas las actividades económicas y sociales de Colombia- recibiera una condena clara y expresa como política del Frente. Para el MOIR tal negativa priva al Frente Social y Político de un principio fundamental que durante más de un siglo, a lo largo de la actual época histórica, siempre ha caracterizado aquí y en todo el mundo a la auténtica izquierda: la lucha contra el imperialismo. Hoy, ante la «globalización» -alias que le ha puesto Estados Unidos a su recolonización en marcha- es más plena nuestra certeza de que no podrá construirse una verdadera alternativa popular sin formular este principio y ponerlo en práctica consecuentemente.
Luego de analizar detenida y rigurosamente esta situación, hemos determinado que esta falencia programática del Frente Social y Político, que le quita un ancla necesaria para que nazca y se desarrolle arraigado a los más altos intereses y valores de la nación, imposibilita que asistamos a su acto de lanzamiento.
A sabiendas de que este acto se celebra en el contexto de la necesidad que tienen los demócratas y patriotas de unificar fuerzas a fin de enfrentar al imperialismo y la reacción, es nuestra esperanza que las tozudas realidades sociales -las que nos llevan a machacar ante nuestros amigos y ante el pueblo en el despliegue de la resistencia antiimperialista- creen un terreno político que le permita en el futuro al MOIR aunar esfuerzos con usted y con quienes hoy lo acompañan en esta empresa del Frente. Si tal es el caso, desde ya reiteramos nuestra disposición positiva y fraternal.
Atentamente,
Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR)
Comité Ejecutivo Central
Héctor Valencia, secretario general