En Chocó: CINCO DÍAS EN PARO CÍVICO POR LA DIGNIDAD

Miles y miles de chocoanos iniciaron un paro indefinido el 20 de junio, después que el Comité Cívico por la Salvación y Dignidad del Chocó lanzara una urgente proclama en la cual denunció la desidia del gobierno frente a las gravísimas carencias que aquejan al departamento.

Al Comité se sumaron todas las fuerzas: los diputados y concejales, el MOIR, el Partido Comunista, la CUT y el movimiento sindical, el magisterio, la Iglesia, la Cámara de Comercio, la Liga de Profesionales, los conductores y transportadores, la Federación de Juntas Comunales, las madres comunitarias y las veedurías ciudadanas. Las marchas y protestas, que enarbolaron las banderas de Colombia y del departamento, contaron con la solidaridad del propio gobernador y del alcalde de Quibdó.

Bajo la consigna de “el pueblo no aguanta más”, la proclama que convocaba al Paro Cívico condenó el racionamiento de energía eléctrica hasta por ocho horas diarias, en desmedro de la ya débil economía chocoana, la total quiebra del sistema de salud pública, el pésimo estado de las carreteras, el taponamiento de las bocas del río Atrato, que ha interrumpido la navegación, la educación privatizada y cada vez más costosa, el arbitrario desmonte del régimen prestacional de los docentes, el abandono de los maestros pagados por los fiscos municipales y la parálisis en la construcción de la ciudadela universitaria.

Agregaba el comunicado: “Carecemos de acueducto y alcantarillado, de infraestructura deportiva y recreacional” y “el desempleo se ha incrementado por la política neoliberal de reducción del tamaño del Estado y por los desplazamientos” causados por la violencia.

El Comité señaló también que en la actualidad el Chocó “sólo posee 26 kilómetros de vías pavimentadas” y rechazó las supercherías medioambientalistas “que han decretado el atraso sostenible del Chocó bajo el pretexto irracional de mantenerlo virgen para usufructo de la humanidad, mientras sus habitantes languidecen”.

Se trataba de exigir, en síntesis, según lo comentó el periódico Chocó 7 Días, de Quibdó, “vías, agua y luz, un pedido elemental que no debería estarse formulando en este nuevo siglo, cuando se supone que las exigencias deberían versar sobre otros tópicos de mayor envergadura”.

Ante tan desolador panorama, la única salida fue el paro indefinido, que se inició el martes 20 de junio y se levantó el sábado 25, después de que el gobierno accediera a firmar un acuerdo por escrito, en el cual se comprometió a asignar once millones de dólares para la interconexión eléctrica Viterbo-Cértegui y treinta mil millones de pesos para pavimentar el tramo Quibdó-Las Ánimas, y además a pavimentar las vías Quibdó-Condoto y Quibdó-Santa Cecilia, a reiniciar la vía al mar (Las Ánimas-Nuquí), a construir el acueducto por gravedad en la capital del departamento –utilizando como fuente el río Ichó—, a continuar la Ciudad Universitaria, a destinar de inmediato 3.500 millones de pesos para atender el déficit hospitalario, más otros mil millones para fortalecer la red asistencial, a darle nuevos aires al Laboratorio de Salud Pública del departamento, a incorporar a 84 docentes departamentales al situado fiscal, a ampliar la red de Telecom y a gestionar recursos para el dragado del Atrato y otra serie de obras de carácter prioritario, entre ellas, la electrificación del Baudó y de la Costa Pacífica. El costo total del acuerdo ha sido calculado en 130 mil millones de pesos.

El racionamiento diario de luz eléctrica había sido suspendido por ISA días antes de que arrancara el paro indefinido.

Por ser un logro de la unidad del pueblo, es a todos los chocoanos a quienes corresponde “vigilar que el compromiso se cumpla, para que su lucha no se diluya y sea víctima de los estragos del olvido y de la falta de voluntad oficial, carcomas que han precedido otras manifestaciones similares, de las cuales sólo hemos obtenido respuestas parciales con sabor a frustración”.

Jorge Salgado, secretario regional del MOIR e integrante del comité negociador, dijo que se integró un comité de seguimiento que estará atento a las respuestas del gobierno. “Pero el mejor garante –añadió Salgado— seguirá siendo el Comité Cívico por la Dignidad y la Salvación del Chocó, que debe convertirse, de ahora en adelante, en un frente amplio y permanente de lucha, integrado a la gran corriente nacional y democrática que batalla por la segunda independencia de Colombia”.