VIVA LA LUCHA DE LOS EDUCADORES

Más de un mes de continuas batallas llevan los educadores colombianos en desarrollo del paro que se vieron obligados a decretar para exigir sus legítimos derechos.

El incumplimiento por parte del gobierno de los pactos firmados con el magisterio del 18 de abril de 1972, la negativa a reajustar los salarios a partir de enero del presente año, a negociar los pliegos nacionales y seccionales presentados por las organizaciones sindicales a expedir un Estatuto Docente y un escalafón elaborado conjuntamente con los educadores, y a levantar las sanciones impuestas en el paro anterior, son demostraciones del rompimiento de los compromisos por parte del gobierno de Misael Pastrana.

Ante esta actitud intransigente y después de un año de pacientes esfuerzos de los educadores para resolver los problemas por la “vía del diálogo”, estos resolvieron decretar un paro nacional unificado, como única “alternativa forzosa” para conquistar sus derechos y obligar al gobierno a cumplir el pacto firmado.

Los educadores colombianos llevan muchos años luchando contra su clasificación como empleados públicos, por la conquista de sus derechos democráticos, de organización, movilización, huelga y contratación colectiva; exigen su participación democrática en la elaboración de textos, planes y programas educativos, y la expedición de un Estatuto Docente al servicio de los educadores y de la educación colombiana.

Las organizaciones de los educadores, unificados a nivel nacional en el Comité de Unidad de los Trabajadores de la Educación (CUTE), han denunciado valerosamente cómo la educación colombiana está bajo la influencia del imperialismo yanqui y cómo el Estado agudiza la represión sobre el sector educativo y se perfecciona jurídicamente para facilitar la dominación cultural. Ejemplo de lo anterior lo constituye el proyecto de impartir la educación vía satélite desde un centro internacional ubicado en los Estados Unidos para todos los países latinoamericanos, violando así su soberanía nacional y el derecho que tienen los pueblos a darse su propia educación.

La bandera de lucha contra la penetración cultural del imperialismo norteamericano levantada con mayor vigor desde 1971 en los gloriosos combates del movimiento estudiantil colombiano, ha sido tomada conscientemente por los educadores colombianos quienes están dispuestos a no sucumbir ante ningún sacrificio por defender una cultura nacional y científica que le sirva a las amplias masas populares.

Son profundas pues, las razones de lucha de los educadores. Sin embargo, Misael Pastrana y su Ministro Juan Jacobo Muñoz en declaraciones que no tienen precedentes, han calificado a los educadores como privilegiados e intransigentes, y a la gloriosa lucha como un paro “endémico” y “maniático”; semejantes declaraciones fueron el preludio de una feroz campaña de persecución, chantaje y represión, concretados en la expedición del decreto 1805, la cancelación de las personerías jurídicas y la congelación de los fondos sindicales a las organizaciones en lucha, el impulso al paralelismo sindical, la destitución masiva de profesores, las amenazas contra los estudiantes, el cierre de colegios y el encarcelamiento de activistas y dirigentes sindicales y políticos.

Pero ni las difamaciones ni la persecución han logrado atemorizar a los educadores. Por el contrario, cerca de 100.00 maestros en todos los departamentos del país y de todos los niveles de la enseñanza se han puesto en pie de lucha. En las aulas, colegios, asambleas sindicales, universidades, en las calles y en las plazas públicas por medio de sus boletines y periódicos, en los mítines y manifestaciones, los maestros colombianos han denunciado y combatido la política antipopular del gobierno.

Las jornadas combativas de los trabajadores hacen parte de la lucha del pueblo colombiano; en particular, se suman a las batallas que distintos sectores proletarios han emprendido contra sus sojuzgadores y contribuyen a fortalecer la política de UNIDAD y de COMBATE que están impulsando la clase obrera y las masas populares.

El Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario hace un llamado caluroso a los obreros, campesinos, estudiantes y demás sectores populares a solidarizarse y a apoyar activamente la justísima lucha de los educadores colombianos.