¡DEFENDERSE, UN DEBER!

Entrevista a Rodrigo Carazo O.

Rodrigo Carazo Odio, presidente de Costa Rica entre 1978 y 1982, nació en Cartago en 1926 y es licenciado en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Costa Rica. Fundador y primer rector de la Universidad de la Paz, es copresidente del Consejo del Peace Action Council, PAC, y presidente honorario de World Conference on Religion and Peace, WCRP. Ha ganado varios premios internacionales, entre ellos el World Citizen Humanitarian y el Dag Hammarskjold, que otorga la Academia Pax Mundi de Suecia.

El ex presidente asistió como expositor al Foro convocado en Cali el 31 de mayo por el Observatorio del Congreso al ALCA y al TLC, en el que compartió tribuna con el senador del MOIR, Jorge Enrique Robledo, y con los senadores Habib Merheg y Leonor Serrano.

Cuando se estaba negociando en 2003 el TLC para Centroamérica, Carazo les advirtió a los congresistas costarricenses, en célebre discurso pronunciado ante la Cámara de Diputados: «Cuidado con seguir entregando la Patria. La historia todo lo registra y Dios nos mira. Defenderse no es solamente una actitud valerosa: ¡defenderse es un deber!»

La siguiente es una entrevista exclusiva para Tribuna Roja, concedida por el doctor Carazo al compañero Álvaro Rodríguez, en Cali, el 2 de junio de 2004.

Tribuna Roja: Señor ex presidente, ¿qué similitud hay entre el tratado de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, TLCAN, y el suscrito por Estados Unidos con los países centroamericanos?

Ex presidente Rodrigo Carazo: Desde que Estados Unidos empezó a negociar el TLCAN con México y Canadá, me interesé en estudiarlo, porque era evidente que después vendría Centroamérica. El tratado es inconveniente para nuestros países y por ello me comprometí moralmente a dar a conocer mi posición al mayor número de ciudadanos, para convencerlos de que no se dejaran llevar por las ilusiones. Con variaciones mayores o menores, son tratados inspirados en un mismo concepto diseñado por las grandes trasnacionales, y le harán mucho daño a las gentes de Nuestra América.

TR: Como jefe de Estado, usted trató a funcionarios del Fondo Monetario Internacional. Cuéntenos su experiencia.

Rodrigo Carazo: El FMI es de los países poderosos, y se dirige a nuestras naciones con un sentimiento de superioridad y dominio. Yo fui presidente de un país para el cual lo más importante es el ser humano y donde lo fundamental para la vida institucional es el respeto a la persona, a la familia, a la comunidad, y por ello cuando el Fondo Monetario nos exigía sacrificar todo esto, para lograr beneficios de carácter fiscal, les rechacé las propuestas, como era mi deber de jefe de Estado, costarricense y ser humano.

TR: ¿Cómo es que frente al Fondo Monetario, respaldado por una superpotencia, pudo un país pequeño hacer valer una posición tan digna?

Rodrigo Carazo: La dignidad es una condición humana y no tiene que ver con el tamaño del país, sino con la autenticidad y la responsabilidad de quien en aquel momento ejercía como presidente, responsabilidad que hoy asume como ciudadano. Si nuestros pueblos no cuentan con analistas que estén examinando permanentemente qué les conviene y qué no, pueden verse confundidos y ser víctimas de ilusiones y errores que descarrilen la vida institucional y frenen el desarrollo económico y social.

TR: ¿Por qué tanto interés en firmar a toda prisa los tratados?

Rodrigo Carazo: Cabría afirmar que no hay demasiada prisa. Desde el TLCAN hasta el Tratado con Centroamérica pasaron diez años. Lo que aquí vale la pena destacar es que, independientemente del lapso transcurrido, se evidencia el deseo de mantener en las negociaciones con el resto de países latinoamericanos los mismos principios y las mismas fórmulas aprobadas en el TLCAN. Esto lo ha empezado a palpar Colombia con el borrador del Tratado que se le ha propuesto.

TR: Los propagandistas del TLC arguyen que nuestros países deben firmar esos tratados como única vía para el bienestar y el desarrollo. ¿Cuál es su apreciación?

Rodrigo Carazo: Firmar tratados no es en sí mismo una equivocación. Lo que sí configura un serio error es firmar malos tratados, acuerdos en que los países pequeños o de escaso desarrollo sean los que lleven la peor parte. No es justo que seamos nosotros quienes tengamos que asumir condiciones altamente perjudiciales para nuestros pueblos. Es eso lo que hay que rechazar.

TR: ¿Cómo ha visto el comportamiento del Congreso, tanto en México como en Centroamérica, frente al TLC?

Rodrigo Carazo: Como jefe de Estado, debo decir que todos los puestos públicos y la forma de ejercerlos dependen de la rectitud del funcionario, de los intereses que lo motiven y de las esperanzas con que enfrente la solución de los problemas. El funcionario es responsable ante la historia y por ello nunca debe un país cometer el error de tener débil memoria. Que jamás borre el tiempo aquellos nombres que han sido responsables de una pésima negociación, como lo es el TLC de Costa Rica si llega a ser ratificado por los señores diputados.

TR: ¿Quiénes han sido hasta ahora los mayores damnificados?

Rodrigo Carazo: No hay la menor duda: la mayoría de la población. En nuestras naciones siempre habrá un pequeño grupo de ganadores, siempre tendrán la responsabilidad los altos funcionarios y siempre los perdedores serán las inmensas mayorías.

TR: ¿Cómo prevé la integración de un gran movimiento continental de resistencia, incluido el pueblo norteamericano?

Rodrigo Carazo: La única forma posible es hacer conocer de la ciudadanía el TLC, para que lo racional se imponga sobre lo irracional y sean despejadas las falsas esperanzas que siempre se levantan con este tipo de tratados.

TR: En Colombia se aprecia una creciente resistencia de trabajadores y productores. ¿Ocurre igual en Centroamérica?

Rodrigo Carazo: Cada día aumenta el número de personas que están en contra del Tratado.

TR: Nos sorprende su vitalidad en la defensa de la soberanía y la autodeterminación de nuestros países. ¿Qué mensaje le deja a la juventud colombiana?

Rodrigo Carazo: Estamos frente a un arreglo que compromete a millones y millones de latinoamericanos aún por nacer. Son generaciones enteras las que quedarán comprometidas si se llega a aprobar el TLC y por tanto no puede haber descanso. Entre quienes desempeñamos un papel de liderazgo, debe haber empeño y ejercicio pleno de la responsabilidad, para que el mayor número de personas cuente con bases serias de análisis y asuma una actitud digna sin cometer el error de la superficialidad. Frente a esta tarea, a la juventud le corresponde un papel histórico.

TR: ¿Con el TLC cambia la orientación de la agricultura?

Rodrigo Carazo: Lo que pretenden los TLC que se vienen firmando con Centro y Suramérica es que nuestros países abandonen la producción de artículos que garantizan la independencia alimentaria y que nos dediquemos a producir más flores, más plantas ornamentales, más frutas exóticas, que iremos a vender al mismo tiempo a los mismos compradores y a los mismos lugares.

TR: Al Foro le llamó mucho la atención su referencia a campesinos mexicanos que escriben en los muros de las carreteras: «Sin maíz, no hay país». ¿Cuál es el mensaje que usted quiso dejarnos?

Rodrigo Carazo: Quise ser fiel intérprete de lo que los campesinos mexicanos intentan decirle al resto de América Latina: que México entero está siendo destruido por una falsa ilusión y por una falsa expectativa. El gobierno hizo creer que el TLCAN traería consigo el bienestar y una rápida transformación económica. Lo que en verdad ocurrió fue el enriquecimiento de unos pocos y el aumento galopante de la pobreza del pueblo mexicano.

TR: Al cumplirse el plazo final para que los países latinoamericanos firmen el TLC, ¿qué pasará con quienes se nieguen?

Rodrigo Carazo: Cuando se hace un mal negocio, es lógico pensar que haya rechazo. En este momento estamos ante una pésima negociación y no nos queda ninguna otra alternativa que no sea el rechazarla en forma rotunda. Muchos centroamericanos, muchos costarricenses, estamos oponiéndonos al TLC. Ayer [30 de mayo] se llevó a cabo una marcha monumental en San José de Costa Rica para rechazar el Tratado de Libre Comercio.

Así debemos seguir actuando para que haya cada día un mayor número de personas en todo el continente americano dispuestas a engrosar el movimiento.