LA DEFENSA DEL SENA

El 20 de marzo los instructores, trabajadores administrativos, aprendices y estudiantes del Sena se declararon en asamblea permanente.

Los decretos de reestructuración 00249 y 00250 modifican la estructura del Sena y la planta de personal, cuyo ajuste implica el despido de más de medio millar de trabajadores. Los decretos están dirigidos a desmontar la formación profesional gratuita y a entregar al sector privado la valiosa infraestructura y los recursos provenientes de las rentas parafiscales.

Los decretos pretenden:

w Acabar con la formación profesional gratuita y estatal, al autorizar el cobro a «las personas con capacidad de pago».

w El autofinanciamiento de los centros de formación, lo que conlleva la venta de servicios, el establecimiento de convenios, el arrendamiento de instalaciones y equipos con instituciones privadas de formación.

w Dedicación de parte del presupuesto de formación para la denominada «incubación de empresas», que en últimas les facilita a las multinacionales establecer maquilas y talleres satélites, además de dirigir los recursos a sectores de la economía que le convienen al imperialismo.

La protesta tiene la simpatía de los colombianos, que ven en el Sena la primera opción de formación o, como suele decirse, la universidad del pueblo.

El ministro de Protección Social y el director general, Darío Montoya, han desatado la más recia represión. Se ha dado tratamiento militar al conflicto en varios de los centros de formación, asunto que no ha minado la beligerancia del movimiento que se mantiene con un formidable despliegue de movilizaciones, asambleas y mítines en todo el país.

El Sena es una entidad profesional sostenida con las rentas parafiscales, y en sus casi 50 años de existencia ha formado varias generaciones de trabajadores, convirtiéndose en un factor clave para el desarrollo de la producción nacional. Unámonos a esta patriótica convocatoria de Sindisena y la CUT.