En el Coliseo Polideportivo, de la ciudad de Pereira, a las cinco de la tarde del próximo sábado 29 de septiembre se dará comienzo al III Foro del Frente por la Unidad del Pueblo. Concurrirán delegaciones de todo el país y en representación de todas las clases revolucionarias y patrióticas. Harán uso de la palabra los dirigentes de los partidos integrantes del FUP. Con el siguiente mensaje se citó al trascendental encuentro:
El Frente por la Unidad del Pueblo FUP decidió convocar su tercer foro unitario. Tan importante certamen se llevará a cabo en uno de los momentos más críticos de la historia de Colombia. Bajo la ruinosa influencia de la coalición liberal-conservadora gobernante, cuya gestión tradicional ha sido la de agenciar el saqueo del imperialismo y sus intermediarios y mantener en la esclavitud a las mayorías esquilmadas, el país se halla abocado a sufrir desventuras mucho más graves que las conocidas hasta ahora. Con o sin “bonanza cafetera” el futuro inmediato estará signado por la inflación, la usura el encarecimiento descomunal del costo de la vida y la quiebra de la producción nacional. En las diversas declaraciones de la alta burocracia se capta que la oligarquía vendepatria prepara a grande escala una nueva embestida contra el pueblo. Se autorizaran alzas en los combustibles, servicios públicos y demás medios y bienes de primera necesidad; se acentuará el agio y seguirán los intereses especulativos con los cuales los magnates de las finanzas vienen poniendo de rodillas al resto de las actividades económicas; habrá ampliación de importaciones y franquicias especiales para la inversión extranjera, sin considerar los gravísimos daños que tales medidas ocasionen a la incipiente industria colombiana, que se vera privada de sus materias primas y excluida de su propio mercado por la acción de los monopolios imperialistas; continuará el proceso del fatal endeudamiento con las agencias prestamistas internacionales y la agudización del circulo vicioso de déficit fiscal e impuestos, emisiones y devaluaciones, y las masas trabajadoras de la ciudad y el campo, que son al fin y al cabo las únicas forjadoras de la riqueza social, pagarán con su sudor y sus lagrimas toda esta guía insaciables de la minoría parasitaria.
Si tal es la estrategia en el terreno económico de los testaferros del imperialismo norteamericano, dentro de las relaciones políticas su comportamiento inevitablemente será, de un lado, tratar de ocultar sus criminales intenciones y engañar al pueblo, y del otro, echar mano de los instrumentos represivos del estado, de la violencia institucionalizada, para sofocar la protesta e impedir la organización de las fuerzas populares. El trabajo sucio le corresponde ejecutarlo a los integrantes de la casta militar, he ahí su función de adiestrados canes guardianes de la gran heredad, mientras los pescadores de votos habían sobre las “bondades” de los derechos humanos reseñados en la Carta Constitucional oligárquica, sobre la separación de las ramas del Poder que previene y enmienda los desmanes del mismo o sobre las reformas que de cuando en vez hay que hacerle al sistema para conservarlo atractivo.
Por eso llamamos a combatir vigorosamente tantos contra la creciente militarización del régimen como contra quienes siembran ilusiones respecto a la necesidad de remendar el orden jurídico prevaleciente. Rechacemos el estado de sitio, el Estatuto de Seguridad, los tribunales castrenses. Denunciemos los allanamientos, las torturas, los asesinatos oficiales. Solidaricémonos con los sindicatos y demás agrupaciones de avanzada perseguidas. Sumémonos en el campo a las movilizaciones que los campesinos adelantan para frenar la actual revancha de los terratenientes. Luchemos por la libertad de los presos políticos y por cada uno de los derechos básicos del pueblo. Entre “Unidad contra el despotismo” Pero desenmascaremos la cháchara del gobierno que no obstante masacrar obreros y campesinos, desaparecer estudiantes, ultrajar sacerdotes y cometer iniquidades mil, su principal personero viene impunemente de pavonearse como demócrata sin tacha en su viaje por el exterior, donde revivió las tesis más retrocadas y colonialistas, doblo la cerviz de manzanillo, pueblerino ante príncipes y presidentes, repartiendo aquí y halla adulaciones y reverencias, mendigándoles a todos, burlándose de la dignidad nacional y el mismo convertido en rey de burlas. Repudiemos los consejos verbales de guerra, pero no les hagamos el juego a los reivindicadores de la llamada justicia ordinaria con que las clases dominantes subyugan a las masas empobrecidas y humilladas. Contribuyamos a destapar la corruptela administrativa de los desfalcadores del erario, exijamos garantías democráticas reales y al mismo tiempo ridiculicemos a cuantos pretendan prestar el obsoleto derecho burgués como la última medicina libertaria. Alertemos al país contra el golpe de cuartel, más nunca nos tornemos en defensores de la constitución que legítima la dictadura de los peleles del imperialismo, causa fundamental de nuestros males. El general Camacho Leyva ciertamente seria una desgracia para Colombia, pero el señor Turbay Ayala es una maldición ¡Unidad contra el oportunismo!
La contienda por la democracia no puede separarse de la mira de liberar la nación del yugo extranjero, alcanzar y preservar la verdadera soberanía nacional, desalojar del poder a los camarillas traidores e instaurar un Estado de las clases y fuerzas patrióticas y revolucionarias. Bajo el actual gobierno de la alianza burgués-terrateniente pro imperialista existe democracia para los dueños de los truts, los señores de la gran propiedad inmobiliaria, los pulpos urbanizadores, los poderosos traficantes del comercio internacional, pero jamás la habrá para los obreros, los campesinos, los productores y comerciantes no monopolistas, es decir, para el pueblo. La tendencia reformista, encarnada por la UNO y el oportunismo liberal, cómplice vergonzante de la barbare establecida, busca desmoralizar a las masas y entregarlas dócilmente a la coyunda ideológica de sus espoliadores; sin embargo, fracasará irremediablemente, porque la superexplotación del imperialismo y sus secuaces ha llegado a un punto tal que la vida se ha vuelto insoportable y, debido a ello, las banderas que agita el Frente por la Unidad del Pueblo son cada día más llamativas para las gentes del común. Toda nueva ola inflacionaria, como la que se avecina, trae aparejada una carga mayor de represión política. Simultáneamente crecerán los conflictos sociales y la rebeldía se generalizará. Nicaragua sandinista no constituirá la excepción en el panorama latinoamericano su lucha, que respaldamos con entusiasmo, alienta la causa de los pueblos del Tercer Mundo, su valor nos fortalece y su destino se hermana con el nuestro.
El Tercer Foro del FUP debatirá todos estos problemas vitales para la nación colombiana, les cerrará el paso a las tendencias oportunistas y reafirmará los principios revolucionarios de la unidad: Programa Nacional. Y Democrático, Normas Democráticas de Funcionamiento y no Alineamiento. Invitamos a las fuerzas democráticas y patrióticas a que nos acompañen a realizar las tareas que la hora los impone, dentro de la brega por desbrozar el camino de la unión de los oprimidos contra los opresores.
FRENTE POR LA UNIDAD DEL PUEBLO
Por la ANAPO:
José Jaramillo Giraldo
Jaime Piedrahita Cardona y
Álvaro Bernal Segura
Por el MOIR:
Francisco Mosquera y
Otto Ñañez
Por la DP:
Miguel Gamboa y
Hernando Franco