Los agricultores debemos unirnos para impedir el ingreso de papa traída de afuera. Colombia ha demostrado que es autosuficiente y que está en capacidad de exportar papa. La diversidad de zonas aptas para la producción y la gran experiencia de los cultivadores permiten su producción durante los doce meses del año. El desarrollo del mercado interno, debido al alto consumo por cabeza, ha permitido que sea uno de los cultivos más importantes: su producción vale más 700 millones de dólares anuales, razón por la cual despierta tanto interés por parte de las grandes trasnacionales. Un artículo en The Economist el 14 de julio del 2001 nos mostró que hay en Estados Unidos casi tres millones de toneladas sólo en los estados de Idaho y Oregón y, por tanto, la necesidad que tienen de deshacerse de ellos a cualquier precio, incluso por debajo del costo de producción.
Estimular la producción es permitir que los actuales productores puedan continuar en su actividad y tengan la certeza de que cuando salgan sus cosechas van a recuperar su inversión y obtener una razonable utilidad; lo que sucede desde julio de este año, es que han tenido que vender por debajo del costo de producción, lo cual ha generado pérdidas de más de 360 millones de pesos, sin que el gobierno haga nada para remediar esta situación.
Prohibiéndose la importación, para lo cual hay suficientes razones pero no un interés político por parte del gobierno, habremos logrado avanzar un importante trecho.
Sólo una organización independiente, con dirigentes probados en su honestidad y capacidad de lucha, como son lo Ángel María Caballero y Jorge Robledo, podremos los productores adelantar nuestras batallas, tal como lo ha demostrado Salvación Agropecuaria.