QUE LA TUMBA DEL COMPAÑERO VALENCIA PERMANEZCA ETERNAMENTE FLORECIDA

Carlos Bula Camacho, secretario general del POLO.
Carlos Bula Camacho, secretario general del POLO.
De todos los aquí presentes y de aquellos que no pudieron acompañarnos en este encuentro por razones ajenas a su voluntad, el que menos se merece ocupar esta tribuna en este mediodía de la reconciliación y de la unidad de la izquierda democrática es quien por una coyuntura de responsabilidades y de afectos dispone del deber y de la devoción de dirigirles a todos un corto y breve saludo.

Conocí a Héctor Valencia en 1972 cuando en una inducción de catecúmenos nos explicaba desde entonces el gran propósito nacional de construir un gran frente unido y amplio por la democracia y por la plena vigencia de la soberanía en Colombia. Igualmente nos enseñó cómo la gran empresa de la transformación nacional no podía complicarse con ninguna salpicadura terrorista, y la última vez que lo vi hace, tres semanas en mi residencia, en compañía de Jorge Enrique Robledo y de Carlos Naranjo, es como si no hubieran pasado esos casi 40 años: la misma consigna, los mismos principios eternos e inmortales, el mismo compañero comprometido con el porvenir, con la esperanza de las nuevas generaciones de Colombia. Entonces me dijo: “Hay que hacer un gran esfuerzo por mantener la unidad del Polo Democrático Alternativo. Yo he comprometido al MOIR en esta empresa y solicito el respaldo de todo el Partido para que lo saquemos adelante triunfante, para que ganemos la batalla y no perdamos la victoria”. En estos momentos de gran confusión, cuando algunos se plantean con equívocos o con aciertos el tema de la táctica única de lucha de masas democráticas, me reiteró: “Hoy como ayer el MOIR asume la responsabilidad de jamás incursionar ni dejar de advertirles los peligros a los revolucionarios y a los demócratas sobre la cuestión del terrorismo en nuestro país”.

Estos dos encuentros, más otros muchos más que hubo durante esos 40 años, dibujan a la perfección el carácter y la personalidad del compañero Héctor Valencia, un hombre que no tenía sus principios sujetos a los resultados de las ocasionales encuestas, que sabía resistir el vendaval porque tenía un amplio conocimiento de la historia y de la geografía de Colombia, porque sabía que tarde o temprano el pueblo colombiano va a lograr su unidad y a coronar las tareas que centenariamente ha tenido como las suyas propias. Entonces, con todas las limitaciones que me acompañan, creo que estoy aquí presente con ustedes para que establezcamos un compromiso: del Polo no debe salirse nadie, ni nadie va a sacar al MOIR ni a ningún otro sector del Polo Democrático Alternativo.

Como lo decíamos hace algunos días, hemos esperado por este Partido, en mi caso casi 50 años, y ahora que lo tenemos no vamos a permitir que el Polo Democrático Alternativo se divida. En memoria tuya, compañero Héctor Valencia, mantendremos una política unitaria de amplitud para que al Polo se vinculen nuevos sectores comprometidos con un acuerdo democrático que realmente sea un programa alterno y en contradicción abierta con el régimen uribista que agobia al país y avergüenza a la nación colombiana.
Si mantenemos los principios y la unidad, seremos el gobierno en el año 2010. Como lo dijera algún día el fundador del MOIR en la conmemoración de un Primero de Mayo, la victoria por la democracia y la soberanía de Colombia harán que la tumba del compañero Valencia permanezca eternamente florecida.