SALUDAMOS LA FUNDACIÓN DE LA UNIÓN CAFETERA

El 25 de junio de 1985 nació la Unión Cafetera Colombiana. En el teatro Ocho de Junio de la Universidad de Caldas, en Manizales, se reunieron más de 900 delegados de las regiones campesinas de Caldas, Risaralda, Quindío, Antioquia, Valle, Cauca, Cesar, Tolima, Huila, Cundinamarca, Boyacá y de las laderas del Magdalena Medio. Cumplieron así la cita que, en decenas de encuentros en veredas y municipios de las tres cordilleras, se habían puesto para iniciar la gran tarea de dotar a los caficultores de Colombia de una auténtica organización gremial: amplia, para que agrupe a todos los sectores productores del grano y no solamente a los más pudientes; democrática, para que sean los cafeteros regados a lo largo y ancho del país, sin discriminaciones políticas, religiosas, raciales o económicas, los que puedan intervenir y decidir en la marcha de su organización y no una pequeña rosca de altos burócratas doblegados a las decisiones y presiones del gobierno y de los monopolios nacionales e internacionales del grano; e independiente, para que su fortaleza radique en el apoyo y la identidad de objetivos de los centenares de miles de caficultores y no en las migajas, prebendas o bendiciones de los mandatarios de turno y de la Federación, culpables fundamentales del atraso, la miseria y la inestabilidad de la gran mayoría de los productores.

Con vivo interés, los asistentes al 1er. Congreso de la Unión Cafetera Colombiana escucharon el informe del Comité Nacional Preparatorio del evento; recibieron el saludo fraternal y solidario de Hernán Pérez Zapata (Asociación Colombiana de Ingenieros Agrónomos), Jesús Bernal (Comité Nacional de Solidaridad Sindical), Mario Robledo (Aprocafé, suroeste antioqueño), Francisco Gutiérrez (Sintracreditario), y de los dirigentes cafeteros Enrique Gómez Restrepo (Quindío), Alberto Ospina (Risaralda), Milton Reyes (Tolima), Mario Cardona (Caldas), Francisco Montoya (Antioquia), Aurelio González (Valle) e Ismael Cobo (Cesar); aprobaron por unanimidad los estatutos, el programa general y la plataforma de lucha que habían sido estudiados en reuniones previas y en una de las sesiones del Congreso; condenaron las políticas impuestas por el gobierno y por la Federación Nacional; agitaron la consigna «La Federación debe pagar todo el control de la roya»; aclamaron las proposiciones de rechazo del secuestro, la extorsión, el boleteo y en general los nocivos y abominables métodos del terrorismo en todas sus manifestaciones; respaldaron y se comprometieron a financiar la naciente organización con su propio esfuerzo.

El Congreso eligió por unanimidad los organismos de dirección de la Unión Cafetera Colombiana, los cuales quedaron integrados así: presidente, Fernel Amaya; vicepresidente, Jaime Beltrán; revisor fiscal, Mario Velásquez; secretario, Leonidas Londoño; tesorero, Norberto Llanos; asuntos gremiales, Gerardo Duque; asuntos técnicos, Julio R. Prada; comunicaciones, Alberto Ospina; organización, Aldemar García; vocales, rubio Correa, José Aguirre, Edgar Grajales, Antonio Guevara, Hugo Loaiza, Francisco Montoya y Hernando Ospina; coordinador nacional Jorge E. Robledo, y secretario ejecutivo nacional, Carlos Naranjo Ossa.

Mención especial merecen el discurso de inauguración pronunciado por Jorge E. Robledo de la Unión Cafetera de Caldas y las intervenciones de Fabio Trujillo Agudelo y Fernando Londoño y Londoño. Jorge Robledo, a nombre del Comité Nacional Preparatorio, presentó un amplio informe de actividades y explicó pormenorizadamente los fundamentos y la importancia de la Unión Cafetera pues, tal como lo expresó, «el único sector de la economía colombiana que carece de una organización gremial que lo represente y defienda es el de los caficultores, porque el llamado gremio cafetero, la Federación, no constituye otra cosa que un enorme pulpo financiero que vive y se lucra de permutar con todos los gobiernos el privilegio de recolectar y administrar impuestos a cambio de su silencio cómplice frente a la política gubernamental en contra de los intereses de los productores».

Fabio Trujillo Agudelo, ex gobernador de Caldas y conocido productor, a nombre de Aprocafé, ofreció «un cordialísimo saludo, con la más viva esperanza de que esto va a ser en verdad para bien de todos los cafeteros colombianos, sin distingos de ninguna naturaleza, clase o condición. Que aquí no se hará política, como no sea una política de verdadera defensa de los productores cafeteros, del mejoramiento de su condición social, del manejo de la estructura misma de la tenencia de la tierra, de políticas gremiales acertadas y consecuentes con la dura situación que está padeciendo, sin excepción, gremio cafetero del país».

Fernando Londoño y Londoño, exministro de Estado y reconocido dirigente cafetero nacional, en su discurso de clausura del Congreso, señaló: » ese desfile que vi de los líderes cargados de fundamentar la institución que hoy nace me dio la impresión de estar viendo grupo de patricios del campo… Es la impresión que he tenido de los líderes que habéis escogido. La impresión que tengo vuestras intenciones es la más elevada. El éxito que habeís logrado en este multitudinario concurso de nuestros intereses honra vuestros sentimientos honra nuestra estirpe y enaltece a Colombia».