IRREPARABLES PÉRDIDAS SUFRE EL MOIR

Durante 1985 las filas del MOIR sufrieron pérdidas irreparables. Como lo denunció en su debida oportunidad el Comité Ejecutivo Central de nuestro Partido, el 30 de junio del año pasado, en una cobarde emboscada organizada por un frente de las Farc, pereció vilmente asesinado en el corregimiento de Monterrey, al sur de Bolívar, el compañero Luis Eduardo Rolón, miembro de la dirección regional del MOIR en el departamento de Santander y uno de los cuadros más respetados y queridos por toda la militancia. Luis Eduardo se había vinculado desde hacía más de diez años al movimiento campesino de la región donde perdió la vida. Durante su larga militancia combatió con valor, serenidad y lucidez al lado del pueblo, cuyos intereses y necesidades había hecho suyos.

Unos pocos días antes, el 26 de junio de 1985, en un alevoso atentado que hasta hoy ha sido imposible esclarecer, había caído asesinado en las calles de Valledupar el camarada Saulo de la Cruz, fiscal de la Asociación de Educadores del Cesar. Saulo se distinguió durante muchos años como dirigente popular de El Copey, y allí participó junto a las masas en numerosas batallas cívicas de los barrios pobres de la localidad.

Pero el año pasado nos depararía aún mayores tragedias. A raíz de la catástrofe de Armero y Chinchiná, en la que perecieron más de veinticinco mil colombianos a causa de la negligencia criminal del gobierno, la furia del volcán Arenas nos arrebató a los compañeros Alfonso Calderón, Sandra White, Luis Eduardo Fuentes, Carmenza Piñeros, Flor Moreno, Luis Gil, Jaime Lozano, Jairo Ramírez, José Jesús Bermúdez y Albeiro Montes. Alfonso Calderón había sido activista estudiantil de la Universidad de Antioquia y posteriormente contribuyó al desarrollo y consolidación del Bloque Sindical Independiente de ese departamento. En el momento de su muerte, se desempeñaba como secretario regional del MOIR en el Magdalena Medio.

Sandra White, Luis Eduardo Fuentes y Carmenza Piñeros formaban parte del organismo de dirección de nuestro Partido en esa zona. Los demás compañeros eran militantes destacados, con estrechos vínculos entre las masas.

La memoria de los camaradas caídos y el ejemplo de su abnegación en el trabajo revolucionario serán nuestro mejor aliciente para continuar en la brega por construir una Colombia libre, independiente y democrática.