MASIVAS IMPORTACIONES DE CEREALES

El miércoles 17 de junio de 1992, El Tiempo informaba: «Desde abril pasado, las compras en el exterior por parte de los particulares han reaccionado en forma importante, hasta el punto que 16 buques se encuentran a la espera de descargue en el puerto de Buenaventura. Once más ya fueron evacuados… Al país están ingresando en forma importante maíz para concentrados, torta de soya, aceites y fríjol soya… Directivos gremiales han denunciado que la mayor parte de las importaciones se están realizando a precios subsidiados y que esa situación llevará a muchos agricultores a la quiebra».

Simultáneamente, el gobierno, por intermedio de Álvaro Silva, gerente del Idema, señalaba que «no habrá problemas en el abastecimiento, por el comportamiento de las importaciones y porque el período duro de escasez ya pasó». Silva añadió que «en días pasados llegaron al país 50.000 toneladas de trigo procedentes de Canadá… y en las próximas semanas llegará un cargamento de fríjol. El sector privado, por su parte, ha importado en los últimos meses 135.000 toneladas de maíz que entraron a engrosar la oferta interna y que le permiten al mercado tener un adecuado abastecimiento… Otras 65.000 toneladas del grano están en camino, así como 60.000 de torta de soya… Los particulares también están importando algo de Venezuela. Del vecino país vienen 800 toneladas de arroz».

En 1992 se importaron más de dos millones de toneladas de productos agrícolas, frente a 896 mil en 1991, según Fenalce. «Con la puesta en práctica de la liberación del mercado agropecuario se han permitido importaciones masivas de maíz (en 1992 fueron de 500.000 toneladas), se han incrementado las de trigo y con ello se han deprimido los precios internos hasta desaparecer los márgenes de beneficio para los productores agrícolas, causando el retiro de su actividad».

En el tintero se nos quedan infinidad de denuncias que a diario formulan voceros autorizados de los gremios agroindustriales de Colombia. Sus declaraciones dibujan un cuadro sombrío, fiel reflejo del oscuro panorama nacional.