LA HISTORIA DE UN PENSADOR

Bernabé Betancourt Estepa, llanero raizal y luchador infatigable desde las duras épocas en que surgió a la luz la Organización Campesina del Casanare, Ocidec, nació en Nunchía, – Casanare, el 23 de junio de1930. Actualmente es dirigente del Partido en Arauca. En memoria de Francisco Mosquera, el camarada Betancourt compuso hace unos meses «La historia de un pensador», joropo en recio, cuyos versos publicamos a continuación:

Me gusta cantarle al aire,
a la historia y al folclor,
al rejo y a la totuma,
al caballo, al mandador.

Quiero grabar en su mente
como buen compositor
el talento de un llanero,
la historia de un pensador.

Era Francisco Mosquera,
que en Piedecuesta nació,
su madre, un ama de casa,
su padre, un educador.

A la edad de veinte años
a su padre le escribió
una carta muy extensa
que en su archivo la guardó,

porque hablaba de una patria
y de una revolución,
y que de los colombianos
él sería el defensor.

Hizo varias reuniones
con personas de opinión
y del Movimiento Obrero
vino a ser el fundador.

Y contra el imperio gringo
fue incansable luchador,
pues para los colombianos
es un país opresor.

Pacho nos dejó una historia,
de Colombia la mejor.
Enseña cómo en la vida
se hace la revolución.

Truenos de la tempestad,
que estallan en proporción,
Pacho nos dio la enseñanza,
lo mismo la educación.

Era un sabio, un comandante,
un genio y un pensador.
Hizo la guerra al gobierno
sin fusil y sin avión.

Con astucia y valentía
a Gaviria derrotó
con el paro nacional,
la huelga de Telecom.

¿Por qué los bandidos gringos
se valen de la ocasión,
de invadir nuestras naciones
sin más consideración?

Se roban nuestra riqueza,
el petróleo, el carbón,
y el pobre que muera de hambre
y que pase al paredón.
La situación nos avisa,
Pacho la profetizó:
compañeros, ¡a la lucha!,
sin descanso y con valor.

Y ya para terminar,
les doy esta explicación:
Pacho Mosquera no ha muerto,
lo llevo en mi corazón.
¡Viva yo, viva la patria,
viva la revolución,
viva Francisco Mosquera,
que en agosto se marchó!