El asedio colonialista norteamericano contra Colombia no da tregua alguna. Diariamente Frechette, Gelbard y otros altos funcionarios gringos profieren nuevos insultos y amenazas y traman chantajes: vilipendian al Congreso; exigen la aplicación inmediata de la extradición: intiman el cambio perentorio de la legislación penal: advierten al sector bancario; anuncian la guerra aérea: fuerzan el retiro del acuerdo bananero; ordenan mayor celeridad en las políticas de apertura y en la venta de las empresas estatales; vetan a funcionarios e instituciones colombianos, y despliegan operaciones militares que lesionan nuestra independencia.
A la vez azuzan a sus correveidiles apátridas para que, bajo el pretexto de la cruzada contra la corrupción, faciliten el avasallamiento del país.
De ahí la urgencia de llamar a la unidad a todos los patriotas para rechazar la ofensiva imperialista y salvar a la patria amenazada, tal como lo proclama el siguiente comunicado, con el cual se convocó la jornada nacional del 19 de junio.
«Durante la actual crisis política nacional, la intervención norteamericana en nuestro país ha sido intensa, continua y descarada. De modo directo e indirecto, la inadmisible intromisión viene desplegándose mediante un amplio espectro de presiones, espionaje, chantaje y amenazas. En lo inmediato, Washington persigue imponer sus definiciones en lo que concierne al tipo de Estado, concesiones más gravosas en materia de justicia y lucha antinarcóticos, y reforzar aún más su estrategia económica en el país.
«En el mismo contexto, las operaciones militares norteamericanas en aumento en nuestra frontera con Panamá constituyen fuertes indicios de una eventual invasión de nuestro suelo. Está claro que Estados Unidos pretende aprovecharse del dramático derramamiento de sangre en Urabá para hacerse al control de toda o parte de la estratégica región, a costa de la integridad territorial de Colombia. Quienes abogan por la presencia de Cascos Azules quieren ignorar que las intervenciones multilaterales de la ONU favorecieron los intereses imperiales norteamericanos en la Guerra del Golfo, Somalia, Haití e incluso en los Balcanes. Ni el pueblo de Antioquia ni el de Colombia en su conjunto permitirán que en Urabá se repita la historia de la secesión panameña.
«Los problemas generados por el tráfico de estupefacientes en Colombia, la crisis política nacional y el resto de nuestras dificultades, constituyen asuntos internos del país que deben resolverse por el pueblo de nuestra nación, autónomamente, sin ninguna intromisión foránea. Es cierto que la lucha contra el narcotráfico debe adelantarse sin dilación y coordinarse las naciones entre sí para impedir la impunidad internacional y derrotar el flagelo. Mas esta cooperación debe adelantarse dentro del respeto a la libre autodeterminación y soberanía, a las constituciones y las leves nacionales de los distintos países.
«El más grave y acuciante problema que padece nuestra república en la hora actual es la escalada intervencionista norteamericana. El primer deber de los colombianos es repudiar esta injerencia y exigir su cese completo y definitivo, exigencia que debe plantear el propio Estado, para que el país pueda alcanzar sus propias soluciones. El gobierno colombiano debe asumir una actitud clara y sostenida de dignidad en defensa de la soberanía nacional ante los desafueros norteamericanos, que ponga fin al intervencionismo de los Estados Unidos en los asuntos de la nación. Quienes firmamos esta convocatoria, integrantes tanto de sectores contrarios al actual gobierno como de partidarios del mismo, nos identificamos plenamente en que todos los colombianos debemos unirnos para rechazar la intrusión norteamericana y en que es urgente la movilización masiva para enfrentarla y derrotarla. Compartimos, asimismo, el rechazo de los países de América Latina a la Ley Helms-Burton. En consecuencia, convocamos a los patriotas de todas las clases sociales, partidos políticos, sindicatos de trabajadores, agrupaciones campesinas e indígenas, sectores y organizaciones sociales, comunidades religiosas, maestros, estudiantes, amas de casa, personalidades y demás fuerzas de la nación, a marchar contra la intromisión extranjera, el próximo 19 de junio, en defensa de la soberanía y la patria amenazadas.
(Declaración aprobada por los senadores Jorge Santos Núñez, Hernán Motta Motta, Jaime Dussán Calderón, el Partido Comunista Colombiano, PCC: el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario, MOIR, el Partido Socialista de los Trabajadores, PST, el Movimiento Educación. Trabajo y Cambio Social, la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, la Federación Colombiana de Educadores, Fecode, la Federación Sindical de Trabajadores de Cundinamarca, Festrac, la Federación Nacional de Trabajadores Estatales, Fenaltrase, la Federación Nacional de Trabajadores de la Alimentación, Fentraalimentación, la Federación Nacional de Empleados Bancarios, Fenasibancol, la Federación Nacional de Empleados del Sena, Sindesena, y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud y la Seguridad Social, Sindess).