MOCKUS ARREMETE CONTRA LOS VENDEDORES AMBULANTES DE BOGOTÁ

Desde la madrugada del 20 de abril, dos mil agentes de la policía iniciaron el desalojo de doscientas familias de vendedores ambulantes del Siete de Agosto. Tal despliegue de unidades, de la magnitud de una ofensiva militar, no se había visto en Bogotá desde hace mucho tiempo. Esta es la verdadera imagen de Antanas Mockus, la que no muestra la prensa oficialista.

De nada valieron los esfuerzos de los sindicatos del gremio para lograr un arreglo con el gobierno. La brutalidad con la que actuó la fuerza pública, maltratando a humildes familias y levantando sus casetas, revivieron los peores procederes del fascismo.

Antanas Mockus reveló así lo que entiende por «recuperación del espacio público», lema planteado en su campaña electoral y plasmado en el Plan de Desarrollo que actualmente cursa en el Concejo.
Haciendo causa común con los pequeños comerciantes, el senador del MOIR, Jorge Santos, y el concejal de Bogotá, Francisco Pareja, se hicieron presentes durante el bárbaro desalojo y sufrieron también maltratos. Francisco Pareja ha venido librando desde el cabildo una importa lucha en defensa del derecho al trabajo procurando frenar la arremetida iniciada por la administración Mockus, que amenaza a los vendedores de San Victorino y demás importantes zonas comerciales.

Pareja ha señalado que el problema de las ventas ambulantes se origina en la falta de desarrollo industrial y en la ruina de la producción agropecuaria. Esta última ha traído migraciones masivas y un creciente desempleo, agravado por la apertura. Paradójicamente, los vendedores ambulantes son el último eslabón en la comercialización de las mercaderías que proliferan desde que esta política se está aplicando. Como los desalojos han comenzado en otras áreas de Bogotá, los vendedores hacen esfuerzos por unir sus organizaciones para enfrentar las agresivas medidas. Y han entendido que, teniendo al frente a Mockus y a Samper, la otra cara de la demagogia es siempre la más desnuda represión.