POR CRÉDITO BARATO, OPORTUNO Y SUFICIENTE

(Apartes de la ponencia sobre crédito presentada por Fernando Ruiz B., coordinador de Unidad Cafetera en Quindío)

El crédito es una exigencia de la inmensa mayoría de productores rurales para poder realizar sus actividades. La debilidad económica de los campesinos y empresarios, el bajo margen de ganancia y de acumulación de capital, y los crecientes costos de producción, imponen la necesidad de contraer deudas con las entidades financieras. Éstas, al controlar el crédito, adquieren un papel determinante en la suerte del agro.

El modelo neoliberal imperante en la economía del país generaliza el control por el sector privado monopolista de las actividades rentables y, en primer lugar, de la más lucrativa de éstas: la financiera. A través del proceso de privatización de las entidades estatales, el gobierno traspasa a bajo precio a monopolios trasnacionales las entidades financieras de propiedad de la nación, como en los casos de los bancos Cafetero. Popular o Ganadero: impone por intermedio de la Superbancaria normas que procuran y garantizan la máxima ganancia para los nuevos dueños de la banca y descapitalizan a la Caja Agraria: entregando así, paso a paso, el control del crédito al capital especulativo internacional, a cuya cabeza marcha la banca norteamericana.

El resultado de esta antinacional política ha sido la elevación de las tasas de interés a niveles de usura. Se bloquea, por esta vía, la producción nacional y se arruina a los productores, al tiempo que se estimula la masiva importación de alimentos y materias primas, acelerando la crisis agropecuaria. Y como consecuencia de los altos intereses, acrecentados con los moratorios, y ante los demás costos de producción y los bajos precios de compra, las obligaciones bancarias de agricultores y ganaderos han terminado por convertirse en impagables.

Tal insolvencia, originada por la propia política agropecuaria oficial, ha sido la causa básica de la justa exigencia de condonación de las deudas bancarias. Esta lucha ha logrado importantes avances, especialmente en el sector cafetero. No obstante las medidas de alivio, incluido el Fondo Nacional de Solidaridad Agropecuaria, son aún insuficientes. La amenaza permanente de cobros jurídicos que ponen en grave peligro la propiedad de fincas y parcelas obliga a proseguir demandando la condonación para todo el sector agropecuario. Urge la suspensión de cobros y procesos jurídicos, sin límite de monto, actividad o fecha de contratación de los créditos.

Pero recuperar el agro implica, además -entre otras medidas inmediatas- modificar la política oficial en materia de crédito. Al contrario de las fórmulas neoliberales vigentes, el sector agropecuario necesita de créditos baratos, suficientes y oportunos, Baratos, significa subsidiados por el Estado de modo que fomenten la producción: suficientes, quiere decir que la banca estatal asegure la disponibilidad de los recursos financieros necesarios, los irrigue a nivel nacional y otorgue a cada productor el monto requerido para desarrollar su actividad: y oportunos, es decir, tan pronto el productor los solicite, lo que implica simplificar los trámites, reducir requisitos, eliminar categorías discriminatorias de los clientes y suprimir sobrecostos.

La lucha por la cabal solución de las impagables deudas acumuladas y por el crédito suficiente, oportuno y barato, debe ser parte integral del programa común de las organizaciones agropecuarias.

Urge la condonación de deudas para todo el sector agropecuario, y la suspensión de cobros y procesos.