El 13 de marzo el director de noticias de la cadena televisiva ABC, Peter Jennings, reveló que la marihuana constituye el ramo agrícola de mayor importancia en Estados Unidos, estimado en un valor anual de 40 a 50 mil millones de dólares.
El país, primer consumidor del mundo, se ha vuelto ya autosuficiente.
La marihuana es ilegal en Estados Unidos. Se considera un acto criminal cosecharla para la venta. Cuando allí se habla de consumo de drogas, 90% se refiere a la marihuana.
La planta la siembran tanto a campo abierto como en los sótanos de las casas. En los estados de California, Washington y Oregón, los tres principales abastecedores, existen zonas suburbanas donde en cada cuadra hay al menos una casa que la produce. En el mercado estadounidense, según Jennings, la onza de marihuana vale lo mismo que la onza de oro.
En el sur, muchos farmers (granjeros) aseguran que sin el cultivo de marihuana no podrían comprar tractores ni pagar sus deudas a los bancos. El maíz, su rubro tradicional, se ha visto golpeado por los bajos precios y por los altos costos de producción.
Hace un tiempo, al jefe de policía o sheriff de Bacon Country, Georgia, le dio por arrestar a los cultivadores de la hierba. En las siguientes elecciones fue derrotado por mayoría abrumadora y obtuvo el cargo el hermano de un finquero que produce marihuana. El nuevo sheriff dice que él ignora si la gente de esta región se dedica o no a dicha actividad ilícita. Y se opone a que la fuerza antinarcóticos del estado actúe en Bacon Country.
Por Internet, en 1996, se realizaron más de cinco mil encargos de semillas, que fueron enviados a dos mil direcciones diferentes en 40 estados de la Unión.
¿No es hora de que descertifiquemos a estos gringos?