Con la muerte de Harry Fúneme, en la alta noche del 27 de agosto, nuestro Partido pierde una de sus más grandes reservas juveniles. Su vida aún en flor estaba ya marcada por el sello de la grandeza.
Harry, que el 6 de marzo había cumplido los 24 años, resumía en sí mismo lo mejor de la juventud actual de nuestra patria, sobre todo la de provincias, que ha de esforzarse por vencer las condiciones más adversas. Desde el principio asimiló con entusiasmo la política del MOIR. Es a jóvenes de este temple a quienes hace referencia nuestro máximo guía y fundador, Francisco Mosquera, cuando subraya lo imperioso de ir conformando paso a paso un numeroso destacamento de dirigentes nuevos que sepan continuar la causa inextinguible de la revolución.
Son cuadros como Harry los que refuerzan la confianza en el futuro de Colombia. Un país que sea capaz de dar a estos hombres jamás se dejará arrodillar por los poderes tenebrosos de la opresión.
Poseía las cualidades del verdadero dirigente revolucionario: visión de clase y fuerza de carácter; dedicación constante y absoluta a la defensa de los desposeídos; alegría optimista, que le ganó las simpatías de la gente sencilla; afán de estudio y superación; capacidad e iniciativa.
No había un solo instante de su jornada diaria que no estuviera dedicado a las tareas organizativas: impulsó los consejos estudiantiles y, hace unos meses, tocando puerta a puerta, consiguió reunir el financiamiento para enviar a dos delegados de los colegios chaparral unos a un congreso nacional realizado en Cartagena. Cuando lo sorprendió la muerte en forma aleve, se hallaba conformando en cada barrio incipientes ligas de usuarios, para oponerse a la privatización de los servicios y las altas tarifas. Vinculado también a la Unidad Cafetera Nacional, logró llevar diez buses a la reciente Marcha de Armenia. Aprovechando su ascendiente entre la muchachada, se encontraba empeñado, como objetivo a corto plazo, en engrosar el número de la también naciente Juventud Patriótica de Chaparral. Elegido concejal en 1994, encabezó las luchas de los obreros del municipio, como asimismo las de los vendedores ambulantes y el pequeño comercio. Persona seria y estudiosa, a él le cabe el mérito, que comparte con otros influyentes voceros de la comunidad local, de haber llevado a Chaparral la Universidad del Tolima; él mismo hacía estudios a distancia en la carrera de administración. Combatiente ejemplar, estaba a punto de marchar a Medellín a recibir un curso de política en la Escuela de Cuadros del MOIR en Antioquia. Los dos periódicos en que participaba los diagramaba y escribía también él mismo, a máquina y a mano, en un lento y penoso aprendizaje, quizás artesanal pero no menos eficaz.
El 13 de julio, durante la visita que el presidente Samper hizo a Chaparral, Harry Fúneme rasgó en medio de la concentración la aborrecida bandera gringa, erguido acto que acompañó con vibrantes lemas en favor de la resistencia.
Dirigente de masas, no hubo en estos dos años pelea alguna en Chaparral que no estuviera presidida por nuestro camarada. Pese a sus cortos años de activismo, no se dejó ganar jamás por aventuras y locuras de extremaizquierda. Nadie podrá endilgarle a Harry un solo crimen, ni siquiera el más mínimo desliz en este resbaloso terreno. Las tenebrosas fuerzas que segaron su vida, cuando se dirigía solo en bicicleta hacia su residencia, tras salir de una prolongada sesión en el concejo, derramaron la sangre nueva que había de infundirle a nuestro Partido una mística renaciente.
El nutrido sepelio, que recorrió las calles entre banderas rojas y coronas de flores, fue la emotiva ofrenda que le rinden las masas a sus jefes.
Julio Henríquez, secretario regional del MOIR en el Tolima, lo exaltó como modelo de militante y hombre íntegro. Evelio Medina, líder de la Unidad Cafetera en el municipio, remarcó su personalidad aguerrida y sus enormes capacidades. Héctor Mario Álvarez, dirigente local del MOIR y quien pasa a reemplazar en el concejo al líder desaparecido, prometió seguir fielmente el ejemplo de tan querido compañero.
“Por la expresión que le quedó en el rostro -dice Claudia, su hermana-, yo estoy segura de que Harry murió con la satisfacción del deber cumplido”.
Camarada Harry Fúneme: ¡Tu pueblo y tu Partido se encargarán de perpetuar tu nombre y tu memoria!