Al reconocer la asamblea espuria efectuada en octubre de 1981 por un grupo reducido, que integraban 48 delegados del PC, la extrema “izquierda” y la derecha patronal, el Ministerio de Trabajo consumó el 28 de enero un insidioso golpe de mano contra Sittelecom. El fallo, contenido en la resolución 00580, excluyó por completo de la directiva al sector mayoritario que encabeza el actual presidente, Agustín González, el cual contaba con 71 delegados. Se comprueba así, una vez más, que la ofensiva de las fuerzas oportunistas contra el sindicalismo independiente es alentada por el mismo gobierno.
Entre los días 12 y 17 de octubre de 1981, se debía realizar el XXXI Asamblea Nacional de Sittelecom para escoger la nueva junta y dar el visto bueno al pliego. En la mañana del día previsto para la instalación, sin embargo, un piquete compuesto por algunos trabajadores de base, por delegados de la minoría y por personas extrañas a Telecom irrumpió en la sede y ocupó el auditorio, permaneciendo allí en actitud provocadora y amenazando con agredir a los representantes de la mayoría.
Como resultara imposible en semejantes condiciones dar inicio a la reunión, la junta directiva optó por aplazarla hasta diciembre, no sin antes llevar a cabo una salida que, mediante el acatamiento de los estatutos, permitiera superar el problema.
La minoría procedió por su parte a sesionar sin quórum, nombrando una supuesta junta directiva nacional y decidiendo al mismo tiempo sumarse a la aventura del fracasado Paro Cívico.
No obstante que la maniobra viola de manera flagrante las normas estatutarias y está en contradicción con los principios y mecanismos de la democracia, el Ministerio del Trabajo acaba de impartirle su bendición, entregando a la minoría el manejo absoluto del sindicato.
Que los trabajadores decidan
Los delegados del sector mayoritario de Sittelecom se congregaron en Bogotá a principios de febrero con el objeto de examinar la situación y trasar tareas.
Resumiendo las principales características de la etapa actual, los compañeros señalaron que “la ofensiva oportunista, nos crea dificultades en muchos frentes, pero traerá consigo importantes enseñanzas que redundarán en el fortalecimiento ideológico y político del movimiento obrero”. Añadieron que “solamente el debate contra el Partido Comunista y sus acólitos despejará la confusión reinante” y que “las condiciones son favorables, ya que la bancarrota de las tesis mamertas sobre la unidad sindical nos facilita arrojar mayor claridad sobres las divergencias existentes entre las dos líneas”.
Se acordó ampliar la polémica ante los trabajadores, para que sean ellos quienes definan la suerte del sindicato, hoy amenazado por las intrigas mancomunadas del gobierno y el oportunismo.