Luego de más de 40 días de huelga, 2.600 médicos internos y residentes regresaron a sus actividades, después de pactar con el gobierno que ninguno de los participantes en el movimiento sería sancionado.
Tanto a internos como a residentes, que laboran un promedio de 70 horas semanales, respondiendo por el 80 por ciento del servicio médico de medio centenar de hospitales en el país, se les negó una vez más su reconocimiento como trabajadores y por lo tanto su derecho a un salario.
A pesar de no haber logrado la conquista de su principal reivindicación, los médicos consiguieron algunos beneficios en el campo de la vivienda, en el de la alimentación y en el de la salud. Se acordó el pago de los servicios que prestan todos los internos, y el aumento de los préstamos para los residentes.
Al retornar a sus labores los dirigentes de la Asociación Nacional de Internos y Residentes, ANIR, anunciaron que no abandonarán la lucha por conquistar la condición de trabajadores. Algunos de los médicos han venido instaurando demandas laborales para que se les declare asalariados, con base en un fallo del Tribunal Superior de Cundinamarca.