REELEGIDO HUGO CRUZ COMO PRESIDENTE DE ACEB

Del 1º. Al 6 de junio deliberó en Pereira la XVII Asamblea Nacional de ACEB con la presencia de 124 delegados oficiales, 50 observadores y 20 fraternales, entre quienes se hallaban los dirigentes más representativos del sindicalismo independiente. El acto había despertado justificable expectativa entre los 15.000 afiliados de la organización sindical, mayoritaria en el sector bancario, debido a la reciente defección de algunos de sus directivos hacia las filas del oportunismo, tras la huella de los hermanos Ñañez.

Estimulados por el impacto inicial de este incidente, tanto los sectores patronales como el Partido Comunista y Firmes se lanzaron a la ofensiva secundando la torpe y fraudulenta campaña de los desertores del MOIR. Pero no pudieron alcanzar su objetivo. En el transcurso de la polémica, los trabajadores despejaron la confusión y consiguieron avizorar el alma traidora del PC y sus adláteres. Las asambleas de las 40 seccionales, encargadas de escoger los delegados al evento nacional, arrojaron un resultado aplastante: 71 representantes del sector definidamente revolucionario, contra 54 de la informe amalgama de renegados, mamertos, indecisos, etc.

La asamblea
En alianza con la delegación independiente que comandaba Augusto Casallins, los moiristas, desde el comienzo mismo de la asamblea, precisaron diáfanamente su posición contra el gobierno pro-yanqui de Turbay, los monopolios financieros y el Consejo Nacional Sindical. Repudiaron las entregas de la UTC y la CTC, al igual que las componendas de su carnal, la CSTC. Al intervenir en la plenaria, Hugo Cruz, presidente de ACEB, denunció las felonías del social imperialismo soviético contra los pueblos de Polonia y Afganistán y, además, reiteró el principio del no alineamiento como base para el frente único revolucionario en Colombia. Por último, rindió un informe detallado y claro de su gestión al frente del sindicato.

Al llegar el momento de las primeras votaciones, el bloque oportunista pretendió vetar a nueve delegados, todos precisamente del MOIR. Tan avieso propósito originó un largo debate de dos días, que terminó por destapar las maniobras y oscuras ambiciones burocráticas de la fracción que dentro de nuestro Partido posaba de “defensora de la democracia”.

La asamblea nombró la nueva junta directiva y Hugo Cruz fue reelegido como presidente, en rotunda demostración de apoyo a su actividad. Asimismo ratificó los tres principios de la unidad sindical; reprobó las continuas traiciones del CNS; denunció el aleve asesinato del Oscar Restrepo, concejal del MOIR en Puerto Triunfo, perpetrado por elementos adscritos a los servicios de inteligencia, y, finalmente, sancionó pliegos de peticiones para los bancos de Bogotá, Anglo-colombiano, Comercial Antioqueño, Ganadero y del Comercio, que serán tramitados entre julio y octubre del corriente año.

Otro campo de confrontación

En la XXVIII Asamblea Nacional del Sindicato de la Caja Agraria, realizada en Villeta, Cundinamarca, el 20 y 25 de abril, nuestro Partido demostró que continúa siendo el destacamento mayoritario. De los 124 delegados que asistieron al evento, en representación de 13.000 trabajadores, 42 pertenecían al MOIR, 40 a los distintos grupos m-l 30 a la fracción renegada, 8 al revisionismo y 14 a otros partidos.

Tras prolongada discusión en que se ventilaron los candentes asuntos que dividieron al proletariado mundial, y en que de nuevo abundaron las condenas a las concepciones revisionistas de la revolución colombiana, la reunión adoptó resoluciones contra el social imperialismo soviético y el Consejo Nacional Sindical ratificó la fusión de Sintracreditario con ACEB, y rechazó la reciente declaratoria de los asalariados creditarios como empleados públicos.

La fracción de los Ñañez, confabulada con los grupos ml y el revisionismo, logró imponer sin embargo, la participación de Sintracreditario en la llamada Coordinación Nacional de Conflictos, conforme a su posición contradictoria y vacilante.

La votación para la junta directiva arrojó un resultado positivo. La plancha encabezada por Ángel Peñuela, del MOIR, obtuvo cuatro directivos, tres la de los grupos m-l, dos la de la fracción desertora y uno la de los independientes. Rafael Conde fue destituido de la presidencia y en su lugar quedó elegido Joaquín Saray.