TERROR FEUDAL EN YONDÓ, ANTIOQUIA

En las cabeceras del río Cimitarra, sobre las márgenes de su afluente, el río Ité, jurisdicción del municipio de Yondó, se ha enseñoreado la violencia feudal. Once campesinos han sido asesinados, todo un caserío incendiado, 32 familias desalojadas de sus parcelas. En un artículo del médico Jaime Restrepo, publicado recientemente en el periódico El Mundo, de Medellín, se relata que a mediados de 1976 un pequeño grupo de desposeídos levantó en terrenos baldíos, de la margen derecha del Ité, un caserío que llamaron “Los Cámbulos”. Desde entonces se iniciaron las arremetidas del terrateniente y de sus matones, quienes arrasaron los cultivos y arrancaron de los ranchos las banderas colombianas que en ellos habían izado los colonos. Una banda de pistoleros a sueldo, al grito de “¡O entregan la tierra o se mueren!”, sembró el terror en la zona y los más aguerridos de los campesinos fueron desaparecidos o desterrados. Ni las promesas del Incora se cumplieron, ni se adelantaron las investigaciones que el alcalde ordenó. Para acorralar aún más los labriegos, el gobierno clausuró la única escuela que allí existía e instaló una guarnición militar. Por ahora, los habitantes de “Los Cámbulos” han tenido que refugiarse en las montañas, dispuestos a regresar algún día en pos de la tierra y de la vindicación de sus muertos.