Como se puede apreciar en los acuerdos, los soviéticos aventajan a los norteamericanos en aspectos claves. Esto ha sido posible gracias a que los primeros vienen gastando mucho más que los segundos en armamentos y proyectos de toda índole. Veamos algunos datos: 1). El presupuesto militar de la URSS pasó de 91.000 millones de dólares en 1961 a 162.000 millones en 1979; el de Estados Unidos descendió en el mismo periodo de 125.000 millones de dólares a 123.700 millones. (A raíz de la crisis de Afganistán, la Casa Blanca propuso un presupuesto de 159.000 millones para la vigencia de 1980-1981. 2). En los últimos diez años, la URSS ha gastado en armas 100.000 millones de dólares más que los yanquis. 3). El presupuesto de defensa a Rusia ha venido creciendo a un ritmo anual que oscila entre el 5% y el 8%; el de Estados Unidos apenas crece al 3%. 4). Los gastos militares de la Unión Soviética representan alrededor del 15% de su producto interno bruto; los de Estados Unidos no llegan al 5%. 5). La URSS produce cerca de 1.200 aviones de combate al año, Estados Unidos fabrica apenas 500. 6). El ejército regular soviético pasó de 3.6 millones de hombres en 1961 a 4.4 millones en 1979; el estadounidense disminuyó en el mismo lapso de 2.5 a 2.1 millones de soldados. Debe agregarse que el 60% de la industria rusa está dedicada directa o indirectamente a la producción de guerra y que la URSS controla más o menos el 30% del mercado mundial de armas.
Pero tal vez el avance más espectacular del socialimperialismo se ha registrado en el terreno nuclear. Veamos algunos datos: 1). En 1961, la URSS poseía 50 mísiles intercontinentales, y Estados Unidos 13; en 1979, la primera 423 proyectiles de este tipo. 2). En 1961, la URSS carecía de mísiles de submarino, y Estados Unidos tenía 48; en 1979 la primera poseía 1.015 y el segundo 656. 3). En 1961, la URSS no tenía submarinos nucleares, y Estados Unidos disponía de 3; En 1979, la primera ya aventajaba al segundo en 49 naves de esta clase.
Hay que anotar que Moscú posee la mayor fuerza defensiva aérea del orbe, con cuatro campos de lanzamientos de mísiles antibalísticos, 6.000 radares, 2.600 interceptores y más de 10.000 mísiles antiaéreos.
En la década de los 70, el Kremlin desarrolló poderosísimos mísiles pesados equipados con MIRVs (vehículos de reingreso múltiple con blancos independientes), tales como el SS-18, que porta 10 MIRVs, cada uno con un poder de 1.000 kilotones, o sea, aproximadamente 48 veces más fuertes que la bomba de Hiroshima. De estos _cohetes monstruo_ la URSS tiene en su arsenal 308. Los Estados Unidos carecen de arma tan destructiva. Para 1983, el Pentágono habrá desplegado uno 200 MX, muy similares al SS-18 a un costo de 30.000 millones de dólares.
A pesar de que desde el punto de vista tecnológico los estadinenses están por encima de los rusos en algunas cuestiones nucleares, esta diferencia es menos notoria cada día, mientras que la superioridad de fuego soviética sí es apreciable por el momento. Rusia, como toda potencia agresora, se interesa en conseguir una redistribución del mundo por la fuerza, está mejor preparada militarmente para la guerra y su arsenal supera con creces sus necesidades de defensa nacional. Los imperialistas de Washington, por su parte, empiezan a tomar medidas ante la amenaza soviética pero, para colocarse a la par con su adversario, tendrán que esperar al menos hasta 1983.